El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) de Argentina elimina restricciones y promueve la producción de vinos de baja graduación alcohólica para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado. De esta manera la Argentina comienza a andar el camino de los vinos de baja graduación alcohólica y 0 % de alcohol.
El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) de Argentina ha dado un paso significativo hacia la modernización de la industria vitivinícola al habilitar el uso de tecnología y equipos de desalcoholización certificados internacionalmente. La Resolución 9/2025, publicada en el Boletín Oficial, elimina las restricciones que limitaban el uso de equipos únicamente autorizados por el organismo, permitiendo así a los productores utilizar dispositivos que cuenten con certificaciones internacionales de seguridad alimentaria.
El objetivo de esta resolución es alinear la producción nacional con las mejores prácticas globales, fortalecer la presencia de los vinos argentinos en el mercado internacional y aumentar la competitividad de sus productos. “Esta resolución facilita los procesos para la desalcoholización del vino. Además de ser una tendencia mundial, con tantos accidentes viales por alcohol, esto era un pendiente urgente”, destacó Federico Sturzenegger, Ministro de Desregulación y Transformación del Estado.
Un marco regulatorio sólido
La normativa se basa en la Ley General de Vinos N°14.878, que autoriza al INV a establecer y modificar las técnicas permitidas en la elaboración de vinos, siempre garantizando la autenticidad del producto y el cumplimiento de los estándares de calidad. Para acceder a esta flexibilización, los productores deberán presentar una declaración jurada ante el INV, acreditando tanto la certificación internacional de los equipos utilizados como la preservación de las propiedades esenciales del vino.
El INV se reserva el derecho de realizar auditorías y verificaciones para asegurar que se cumplan las disposiciones y se proteja la calidad del producto final.
Desafíos y Oportunidades en la Desalcoholización
El penúltimo artículo de la serie “12 meses, 12 resoluciones”, publicado por la OIV con motivo de su centenario en el mes de Enero, se centra en la Resolución OIV-OENO 394A-2012 sobre la desalcoholización de vinos. Esta resolución representa un hito importante que permite a los elaboradores reducir parcialmente o casi totalmente el contenido de etanol del vino mediante técnicas avanzadas como la evaporación parcial al vacío y la destilación.
Expertos de la OIV, incluida Valérie Lempereur, directora de Desarrollo del Instituto Francés de la Vid y el Vino, han comentado sobre la importancia de estas técnicas: “Brindan a las empresas del sector vitivinícola una solución técnica supervisada para responder a las nuevas expectativas de los consumidores, que exigen opciones de baja graduación o sin alcohol”.
Adaptación ante el Cambio Climático
Fernando Zamora, profesor de la Facultad de Enología de la Universitat Rovira i Virgili, señala que el interés por los vinos desalcoholizados está en aumento, lo que lleva a los productores a adaptarse a esta demanda. La OIV ha establecido resoluciones que permiten la desalcoholización casi total (<0,5% de alcohol) y una reducción parcial (hasta un 20%) para mejorar el equilibrio gustativo. Esto no solo responde a las preferencias de los consumidores, sino que también aborda el problema del aumento del grado alcohólico del vino debido al cambio climático.
Técnicas Avanzadas para el Futuro
Matthias Schmitt, de la Universidad de Geisenheim, explica que el aumento del grado alcohólico ha hecho que la desalcoholización cobre mayor relevancia. Técnicas como la destilación al vacío y la ósmosis inversa permiten reducir el contenido alcohólico sin comprometer la calidad del vino. “Estas técnicas requieren un alto grado de especialización para no comprometer la calidad del producto final, por lo que deben estar supervisadas por enólogos o técnicos cualificados”, afirma Schmitt.
Un compromiso con la calidad
Adriaan Oelofse, director de Investigación, Desarrollo e Innovación de South Africa Wine, destaca que la Resolución OENO-394A-2012 refleja el respaldo del sector a los vinos de baja graduación. “Técnicas como la evaporación parcial al vacío y la filtración con membranas permiten conservar el sabor mientras se reduce el contenido de alcohol”, asegura Oelofse.
Sin embargo, la producción de vinos de alta calidad y bajo grado alcohólico enfrenta desafíos, como la preservación del sabor y la gestión de costos. La educación del consumidor también es clave para ajustar las expectativas respecto a estos productos.
La reciente resolución del INV es una señal clara de que la industria vitivinícola argentina se está adaptando a las tendencias globales ya las necesidades de los consumidores. Con el apoyo de la OIV y el compromiso de los productores, el futuro de los vinos de baja graduación alcohólico parece prometedor, alineando calidad, autenticidad y sostenibilidad en un mercado en constante evolución.