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La disputa entre la mayor cooperativa vitivinícola del mundo y la exportadora española Iberte escala en los tribunales argentinos y amenaza el futuro de miles de productores. Acusaciones cruzadas, balances cuestionados y promesas millonarias marcan el pulso de una batalla que redefine el mapa del vino en la Argentina.

La industria del vino de Mendoza, un foco de atención global por su volumen, atraviesa una de sus crisis más profundas y mediáticas. Desde hace casi tres años, el enfrentamiento entre Fecovita -la principal cooperativa vitivinícola del mundo, que nuclea a más de 29 cooperativas y cerca de 5.000 productores- y la exportadora española Iberte, liderada por el polémico Juan José Retamero, mantiene en vilo a empresarios, productores y autoridades de Argentina.

El conflicto, que comenzó por un reclamo comercial, hoy se dirime en los tribunales civiles y penales, y suma capítulos de alto voltaje político y mediático. Mientras la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y una auditoría internacional intentan mediar en busca de una solución, las partes endurecen posiciones, las denuncias se multiplican y sigue escalando sus consecuencias en el sector privado y público.

Acusaciones millonarias y balances bajo la lupa

Iberte denunció recientemente que el balance 2024 de Fecovita es “falso”, como -según sus representantes, Gabriel Bertranou y Carlos Aguinaga- lo habrían sido los tres ejercicios anteriores. “Y así como va el del 2025 también será falso”, afirmaron los abogados del empresario español. La denuncia sostiene que el directorio de Fecovita ocultó a sus cooperativas y socios un quebranto operativo de U$S 12 millones, además de otras pérdidas por U$S 25 millones.

La raíz del enfrentamiento se remonta a mediados de 2020, cuando Iberte denunció que Fecovita no cumplió con la entrega de productos vínicos por los que la firma española habría pagado U$S 25 millones, destinados al mercado europeo y de Europa del Este. Desde Fecovita niegan rotundamente la acusación y aseguran que la situación es “exactamente al revés”: acusan a Iberte de incumplir con sus compromisos comerciales.

Promesas de inversión y escepticismo oficial

En medio de la escalada judicial, Iberte promete que, si la Justicia le da la razón y logra recuperar los fondos reclamados -que estiman en U$S 60 millones entre capital e intereses-, invertirá ese monto en la construcción de un parque fotovoltaico en Mendoza. Según los abogados de Retamero, “la empresa no cobrará nada de esto a título propio ni para ninguno de sus miembros, sino que el dinero se invertirá en la comunidad”. Calculan que el parque podría generar entre U$S 300 y U$S 400 millones en energía y beneficios para la provincia en 30 años.

Sin embargo, desde el gobierno mendocino prevalece el escepticismo: “Es difícil de creer eso, pero quizás estemos equivocados”, confió una fuente oficial, que también expresó su preocupación por el impacto del conflicto en los pequeños y medianos productores asociados a Fecovita.

Fecovita responde: “Mienten, el balance fue auditado y aprobado”

Desde la cooperativa mendocina, la respuesta fue inmediata y contundente. “Mienten”, aseguran sobre las acusaciones de Iberte. “El resultado operativo del ejercicio no es negativo. Inventan cosas”, agregaron. Fecovita sostiene que su balance fue aprobado por unanimidad en la asamblea del 30 de abril y auditado “por Lisicki Litvin, una de las firmas más reconocidas del país”. Además, acusan a Iberte de “mentir en los medios de comunicación y enviar mensajes a las cooperativas y directivos para infundir miedo y presionar”.

Denuncias cruzadas y antecedentes en la industria

La disputa no se limita a Fecovita. Según la cooperativa, Iberte también intentó pedir la quiebra de Antonio González SA (Bodegas Galán), demanda que fue rechazada en Buenos Aires, y litigó contra Fraccionadora San Juan y Jugos Australes, incluso en tribunales de Estados Unidos.

En paralelo a la nueva denuncia de Iberte, Fecovita presentó una contradenuncia ante la fiscal Susana Muscianisi, donde acusa a la exportadora española de “un intento de desbaratamiento”, que implicaría “un plan siniestro pretendiendo quebrar a las empresas mediante denuncias penales, desbaratando su figura empresarial ante bancos, proveedores y la opinión pública”. La abogada Luciana Govoni, representante legal de Fecovita, sostiene que “el plan de desbaratamiento que motivó esta sucesión de denuncias contra Fecovita pretende que se le entregue una ilegítima suma de dinero”.

El futuro del vino mendocino, en la cuerda floja

Mientras la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y la auditoría internacional avanzan en su arbitraje, el sector vitivinícola mendocino observa con preocupación. El desenlace de este conflicto podría definir el destino de miles de productores y la reputación internacional del vino argentino. Si la solución llega por la vía del arbitraje externo, las demandas penales podrían quedar sin efecto, pero si la guerra sigue escalando, el impacto en el negocio del vino podría ser histórico.

La “guerra del vino” entre Fecovita e Iberte es mucho más que una disputa comercial: es una batalla por el futuro de una de las industrias emblemáticas de la Argentina.


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