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Un año horribilus en algunas zonas donde hasta hace poco la sequía desesperaba a los pobladores. Ahora, en el norte de Italia, los productores de Emilia-Romagna y Toscana luchan contra el clima extremo tratando de salvarse de deslizamientos e inundaciones a sus cultivos de vid, trigo, hortalizas y frutas.

Hasta hace poco pasó la sequía, un desastre. En las últimas semanas pasaron las lluvias y luego las inundaciones. Ahora, en el norte y centro de Italia llegó el fatídico momento de comenzar a hacer el raconto de los daños en las regiones de Emilia -Romagna y la Toscana.

Según informan las primeras cifras recogidas por Copernicus Emergency Management, el servicio de la Unión Europea que se activa automáticamente en caso de desastres o emergencias humanitarias, hay cerca de un centenar de municipios implicados en la catástrofe, de los cuales 43 afectados por mal tiempo y 53 por los deslizamientos de tierra son derribados en las ciudades de las montañas y las colinas. 

Los deslizamientos de tierra aplastaron varios viñedos como el de Tenuta Casali.

Además de esos daños y trastornos ya se sabe que habrá fuertes efectos en la economía (futura) de los principales cultivos de la región, incluidas las frutas.(kiwis, manzanas, ciruelas y cerezas), de los que Emilia-Romagna es el principal proveedor europeo, vino y trigo blando, que suponen cada año un tercio de la producción italiana. 

Como en otros lugares del mundo, el cambio climático se hace sentir con inundaciones que ocurrieron después de un período prolongado de sequía seguido de lluvias torrenciales. 

Según los meteorólogos, se estima que en algunas áreas de Emilia-Romaña cayeron hasta 50 cm de lluvia en un período de 36 horas, aproximadamente la mitad de la lluvia total que la región podría recibir durante todo un año.

El agua ingresó a los depósitos.

La mitad sureste de la región, Romagna, ha sido la más afectada por las inundaciones. Mientras se escribe este artículo se confirma que al menos 14 personas han muerto como resultado del desastre natural y 36.000 se han quedado sin un techo donde vivir.

Además, según los primeros datos, al menos cuarenta millones de árboles frutales han resultado gravemente dañados por las inundaciones y lamentablemente tendrán que ser arrancados de raíz , con importantes perjuicios económicos para todo el “valle de la fruta” . Una zona en la que el kiwi , la manzana , la ciruela y la cereza son los principales cultivos y el motor de una comarca que hace de la agricultura su motor económico.

Está demás agregar que uno de los efectos directos para los próximos días será sobre los precios de la fruta de venta al público que probablemente aumentarán hasta un 20%.

Los analistas también toman nota sobre el efecto de las enormes pérdidas en los campos inundados, pero sobre todo la pérdida de más de 400 millones de kilos de trigo, en una zona donde se obtiene cerca de un tercio del trigo blando de Italia. 

Como afecta a los viñedos

La región de Emilia-Romagna también es un área importante para la producción de vino, contribuyendo con el 14% del volumen total de vino producido en Italia en 2022 -uno de los tres mayores productores y exportadores del mundo-, según datos del Istituto di Servizi per il Mercato Agricolo Alimentare (ISMEA). Las variedades más cultivadas en la región son Trebbiano, Sangiovese y Lambrusco.

Silvia Casali, propietaria de Tenuta Casali, cerca de la comuna de Mercato Saraceno en el sur de Emilia-Romagna, comentó a medios especializados que ella y su familia tuvieron “suerte” más allá que en estos momentos en su finca no tienen acceso al agua potable.

En el caso de Casali, contó que un deslizamiento de tierra causado por el aguacero había aplastado algunas vides en el viñedo Monte Paderno de la finca. Los próximos pasos de la familia dependen de si mejora o no el clima, “en este momento, la situación es muy peligrosa, por lo que no podríamos acercarnos demasiado. Tan pronto como sea posible, arreglaremos la situación: cortaremos los árboles y arreglaremos el suelo tratando de hacer todo lo posible para crear buenas condiciones que nos permitan cultivar las vides”.

En la vecina Toscana, el granizo ha causado daños a las vides, como por ejemplo en Campochiarenti de San Gimignano tal cual se pudo ver en las redes sociales donde se pudo saber que el 40 % de sus viñedos habían sido dañados por el granizo.

De vuelta en Emilia-Romagna, el granizo también ha sido un problema, aunque sus resultados aún son inciertos, como explicó un portavoz de Podere Palazzo en Calisese, al oeste de Rímini. “Todavía estamos en una emergencia total, todavía no ‘ No sé el daño que tendremos. Nuestras instalaciones están en las colinas, por lo que no se inundaron, pero tuvimos granizo, por lo que se necesitarán algunas semanas para determinar cuál será el daño a la producción” dijeron.

Otros productores han tenido más suerte

Marco Branchini, de Branchini 1858, justo al norte de Imola, dijo que “afortunadamente” los daños a sus vides han sido mínimos: “Los daños son principalmente en las carreteras, con deslizamientos de tierra y mucha agua en las casas. Tendremos inconvenientes por algunos días más, pero estoy seguro de que muy pronto comenzaremos de nuevo”.

La semana pasada, el Ministro de Agricultura Francesco Lollobrigida, emitió un comunicado que decía que “el Ministerio de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Silvicultura está trabajando para apoyar a las granjas y al mundo de la agricultura, la nación de nuestra nación. activo principal.”

A principios de esta semana, Lollobrigida prometió 100 millones de euros de apoyo del Ministerio, pero afirma que también se necesitaban fondos europeos: “Ahora comienza la fase de evaluación de los daños y comenzaremos a implementar medidas regulatorias y económicas en apoyo de los afectados por esta situación crítica”.

Según el Consorzio Vini Romagna, “es probable que los fenómenos meteorológicos extremos como este y la sequía que sufrió el norte de Italia el año pasado sean más frecuentes debido al cambio climático.”

Antonello Pasini, quien asesora al Consejo Nacional de Investigación de Italia sobre temas climáticos, explicó la tendencia meteorológica en el norte de Italia y señaló “un aumento en la precipitación total por año, por ejemplo, pero una disminución en la cantidad de días lluviosos y un aumento en la intensidad de la lluvia. llueva en esos pocos días en que llueve.”

Más allá de la ayuda gubernamental y de la CE, Pasini no se mostró muy optimista con la actitud que puedan tomar los políticos y funcionarios de estado responsables de la toma de decisiones que pueden afectar el futuro de la región y finalizó explicando que “no somos una nación inclinada a la prevención. Nos gusta más reconstruir que prevenir”.

Por si todo este panorama no alcanzara para que las autoridades tomen conciencia, para los próximos días, se pronostican más tormentas eléctricas en Emilia-Romagna, Toscana y Marche.


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