Contacto

Florida 1065 C1005
C.A.B.A. Argentina

Disponibles
Lunes a Viernes. 9/18 hs
Compartir

Las principales asociaciones del vino en Europa presionan a la Comisión Europea para que acelere la ratificación del acuerdo comercial con Mercosur. La eliminación de aranceles y la protección de denominaciones de origen son vistas como claves para el futuro del sector en un contexto de caída del consumo y competencia global.

La industria del vino en Europa ha elevado su voz en las últimas semanas, reclamando a las autoridades de la Unión Europea (UE) la pronta ratificación del acuerdo comercial con el bloque Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. La Federación Española del Vino (FEV) y el Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV) han solicitado formalmente a la Comisión Europea que “adopte cuanto antes el texto legal del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, para así iniciar de inmediato su proceso de ratificación”.

El sector considera que la entrada en vigor del acuerdo representa una oportunidad clave para ampliar mercados y eliminar barreras comerciales, en un momento en que el consumo de vino en los mercados tradicionales muestra signos de estancamiento o retroceso. “El texto negociado mejorará el acceso a los países de Mercosur, con una reducción significativa de aranceles, mayor agilidad en los procedimientos de importación y una protección más sólida de las Indicaciones Geográficas europeas”, destacan desde la FEV y el CEEV.

Actualmente, los vinos europeos enfrentan un arancel del 27% para ingresar a Brasil, uno de los mercados más prometedores de la región. La eliminación de este gravamen, prevista en el nuevo acuerdo, es considerada “esencial para mejorar la competitividad de las bodegas europeas”1. Además, el acuerdo contempla la agilización de los procedimientos de importación y la armonización de las prácticas enológicas, aspectos que facilitarán el comercio y reducirán los costos operativos para las bodegas del Viejo Continente.

Más allá de los beneficios comerciales, el sector subraya la dimensión geoestratégica del acuerdo. “Permitiría construir una alianza estable con los países sudamericanos basada en principios compartidos del sector: protección de las denominaciones de origen y armonización de prácticas enológicas”, señalan desde el CEEV1. Esta visión cobra especial relevancia en un contexto global marcado por la inestabilidad y la necesidad de diversificar mercados.

Según el calendario previsto, la Comisión Europea debería adoptar formalmente el texto legal del acuerdo antes de que finalice junio de 2025. Posteriormente, el texto será remitido al Consejo y al Parlamento Europeo para su ratificación. Si no hay retrasos, el acuerdo podría entrar en vigor de forma plena a finales de 2026. Sin embargo, se contempla la posibilidad de que el pilar comercial comience a aplicarse de forma provisional pocos meses después de su aprobación por el Consejo.

La urgencia del sector se explica también por la situación actual del mercado. En palabras de la FEV, “es prioritario reforzar la presencia en nuevos mercados como Brasil”, dada la caída del consumo en Europa y la creciente competencia internacional. Las bodegas europeas ven en el acuerdo una herramienta imprescindible para garantizar su sostenibilidad económica a largo plazo.

En definitiva, el acuerdo UE-Mercosur se perfila como un punto de inflexión para el sector vitivinícola europeo. La eliminación de aranceles, la protección de las denominaciones de origen y la apertura de nuevos mercados podrían marcar el inicio de una nueva etapa para el vino europeo, siempre y cuando las instituciones comunitarias aceleren los trámites y permitan avanzar hacia una ratificación que el sector considera “imprescindible para el futuro del vino en Europa”.


Compartir

editor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *