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En el primer semestre de 2022 se exportaron 26,2 millones de cajas de vino con un retorno de más de U$ 769 millones. Por arriba de australia, Chile ya es el cuarto exportador mundial, aunque muy por debajo de Italia, Francia y España. Con tesón e inteligencia, nada es imposible.

Más allá del histórico y absoluto dominio de Francia, España e Italia, ninguno de los analistas y «rockstars» del vino puede negar que desde un tiempo atrás a esta parte, vamos a tomar, los últimos 25 años, el mundo del vino está cambiando y sin lugar a dudas, para el bien de la industria y, por supuesto, de los consumidores.

Cada vez se toma más vino, cada vez se toma mejor vino, y ya no no solo lo toman los mayores sino que ahora también los jóvenes, muchos de ellos de 22, 25 y 28 años de edad. Nada nuevo que no se haya dicho o que no se haya leído por ahí.

Es evidente que en Wines of Chile, la asociación de viñateros que aglutina a más de 350 productores y exportadores de vino, saben todo esto y de acuerdo a sus informes tienen muy claro que haciendo las cosas bien entre todos, es muy posible que en los próximos 10 años Chile pueda hacerle sombra a alguno de los tres grandes productores de vino del mundo.

Claro, quien dice 10 años, en algunos lugares sería para no preocuparse, en algunos otros sería inevitable pero en un lugar como Chile, donde todo lo que han logrado fue a través del trabajo, el tesón, el esfuerzo y, por sobre todo, la inteligencia, 10 años, están casi casi acá la vuelta de todo.

El encuentro de Wines of Chile en 2022

El de esta semana que pasó puede haber sido un encuentro histórico, ninguno lo va a reconocer. La asociación Wines of Chile, que aglutina a la mayoría de las viñas y productores chilenos, presentó este jueves de agosto su nueva estrategia internacional, dirigida a posicionarse con fuerza en el sector de los caldos de alta gama o premium, añadiendo valor diferencial a través de la calidad y la sostenibilidad.

Frente a más de 300 viñateros chilenos, la directora comercial de WoC, Angélica Valenzuela, explicó que el vino chileno es conocido en el mundo por ser un producto bueno a buen precio, y que la ambición de la asociación es ahora convertirse también en «vinos de alto coste y gran calidad».

China, el más lucrativo de los mercados del vino chileno, aunque en Brasil no paran de crecer.

Una reflexión que procede de cómo se ha comportado el sector en la pandemia y en la postpandemia, donde según Valenzuela se ha percibido que el «crecimiento se concentró en el nivel de los vinos de mayor precio».

«Lograr que el sector vitivinícola alcance una mayor participación de mercado y construya valor, desarrollando un posicionamiento premium y sustentable», señaló Valenzuela con la fuerza de los números en la mano.

Para ello debe robustecer «la marca Chile como destino y origen, desarrollar un posicionamiento premium y sustentable y apoyar el acceso al mercado y la distribución de viñas chilenas».

«El vino chileno transita en la actualidad entre dos extremos, mientras para muchos seguimos siendo un país de vino conveniente, otros ya reconocen nuestras marcas de alto valor», explicó la alta ejecutiva chilena.

“Por eso, debemos lograr que el sector vitivinícola alcance una mayor participación de mercado y desarrolle un posicionamiento premium y sustentable, vinculando a Chile hacia el mundo con la calidad del sector vitivinícola chileno y con la audacia, innovación y experiencia de quienes lo producen”, concluyó Valenzuela.

La responsable ofreció cifras sobre la expansión internacional de la marca “Vinos de Chile», haciendo hincapié en el mercado asiático, que concentra el mayor porcentaje de recursos y exportación, y el crecimiento de Brasil, un mercado que WoC ha comenzado a explotar recientemente «con un gran éxito».

Según sus cifras, en el primer semestre de 2022 WoC exportó más de 26,2 millones de cajas de vino con un retorno de más de U$ 769 millones, con un precio medio de U$ 29,4 la caja, lo que convirtió a Chile en el cuarto exportador mundial, aunque muy por debajo de Italia, Francia y España, países que componen el podio y por delante de Australia que hasta el estallido de la pandemia era su principal competidor.

Es así, a la hora de hacer números, sea donde sea, cuando de vender vino se trata, Chile mira a sus vecinos de Argentina por el espejo retrovisor, allá muy lejos. Claro, inevitable, lo de Argentina, como todo, es inexplicable, no solo vive otra crisis más de su economía sino además, también, de su industria vitivinícola que suma problemas, además de la de los insumos, ahora debido a la escasez de dólares para poder comprar cartón, papel, tinta, además de la falta de botellas, corcho y quien sabe más.

Chile, con otros problemas, entre algunos de ellos políticos, no entiende de asunto que pueda detener su avance como productor y exportador de vino y sigue creciendo en cada uno de los mercados donde ingresa. Sus principales mercados por valor fueron China, Brasil, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Canadá, Corea del Sur, México e Irlanda, en ese orden.

El bodeguero Aurelio Montes, presidente de Wines of Chile, es muy claro, «nuestro problema se convirtió en una fortaleza».

Las cifras de WoC también indican que en 2021 el 72 % del vino producido en Chile se dedicó a la exportación, que se consumieron 23,8 millones de copas de vino chileno en el mundo y que en la actualidad hay 328 exportadores de vino de Chile activos.

“No tengo duda alguna de que sortearemos con éxito este ciclo marcado por condiciones exógenas desfavorables, porque tenemos la actitud y una firme convicción, pero sobre todo tenemos un producto de calidad reconocida en todos los mercados donde tenemos presencia activa”, señaló Aurelio Montes, presidente de Wines of Chile, de una de las bodegas más importantes de Chile y de algunas importantes bodegas en Argentina.

A principios de este año, el mismo Monte le dijo al diario Los Andes que «En Chile, probablemente por la necesidad de subsistir, salimos a exportar, a golpear puertas y a aprender a vender bien afuera. Eso es algo que hicimos antes que Argentina, entonces ganamos terreno. No teníamos el consumo interno ni la gastronomía que había aquí, entonces tuvimos que salir a vender. Así, nuestro problema se convirtió en una fortaleza.»

No hay dudas que el objetivo de hacer podio se puede cumplir y ya no solo por el tesón y la voluntad de los chilenos. El cambio climático, la sequía, las altas temperaturas en Europa, las heladas brutales, inundaciones y otros males que aquejan a los bodegueros europeos, sin duda pueden contribuir a que las palabras de los ejecutivos chilenos, no estén tan lejos de cumplirse.


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