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No es novedad, desde hace años la industria de la cerveza insiste con el argumento tratando de imponer que una cerveza después de entrenar no solo es para festejar sino que, además, es una buena bebida de recuperación después del ejercicio. ¿Verdadero o Falso?

Históricamente, las bebidas alcohólicas sirven para festejar, para brindar por un triunfo, un logro o simplemente para homenajear a los invitados con lo mejor que puede ofrecer el anfitrión. A partir de allí, son varias las bebidas alcohólicas que comenzaron a trabajar fuertemente su lazo no solo con los triunfos deportivos -un clásico el tercer tiempo en el rugby, el espumante en el podio, etc.- sino, desde hace algún tiempo atrás, con la recuperación física ya que la cerveza está llena de vitaminas, electrolitos y sodio, en cantidades muy parecidas a algunas de las más reconocidas bebidas deportivas.

Pero hay que ser bien claros en este asunto, es verdad que la cerveza es rica en polifenoles y que tiene efectos antioxidantes cuando se consume con moderación, pero ninguna compañía cervecera puede negar que su contenido de alcohol puede conferir algunos efectos negativos para el cuerpo de un deportista

La exitosa industria cervecera trabaja para no perder terreno frente a otras opciones y las nuevas ocasiones de consumo.

La cerveza light o con bajo contenido de alcohol (ABV), definida en el estudio de la revista estadounidense por tener menos del 4% de ABV, podría ser una bebida de recuperación después del entrenamiento eficaz, según un nuevo estudio. Los hallazgos, titulados “Una revisión sistemática de la cerveza y el ejercicio”, se publicaron en la International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism (una reconocida revista científica sobre nutrición deportiva) en julio pasado.

Sin embargo, una vez que uno se aventura más allá del umbral del 4% ABV, o tiene más de una o dos raciones de 350 cl de la cerveza light de su elección, los beneficios terminan por anularse. De allí que un referente de la industria de las bebidas deportivas -hace más de 20 años trabaja en el segmento- afirme con que solo son “grandes titulares que luego bajan las chances a que sea una buena opción a una ocasión y forma de consumo que no se da en la realidad” y deja una pregunta desafiante al consumidor diciendo “¿quién se conforma con una copa de vino?, es más, ¿quién se toma una pinta y no se toma otra porque es beneficiosa para mi recuperación?”.

En un diálogo imaginario, Brad Schoenfeld, PhD, le dijo a la revista médica Men’s Health  que “la cerveza tiene carbohidratos y algo de sodio donde el agua no los tiene, lo que podría ser beneficioso después del ejercicio”. Sin embargo, cuando se trata de alcohol antes de una sesión de entrenamiento, la ciencia y el sentido común de las personas siguen teniendo todo muy claro.

Hay algunas marcas de cerveza como Bud Light, Michelob Ultra, Samuel Adams Boston 26.2 Brew, Harpoon Rec League que no dejan de aprochar su comunicación para acercarse a los deportistas de manera directa. Por supuesto, para que no sea tan evidente, podemos pensar que estas marcas solo quieran sacar provecho de la popularidad de algunos atletas sedientos que están dispuestos a pasar por alto el hecho de que están bebiendo una cerveza o una bebida alcohólica. Todo está permitido.

Hay productos que no solo insinuan una relación, son directos, su publicidad va fuertemente relacionada al deporte y en algunos casos a prácticas específicas.

“Tendría que beber varios litros de alcohol para alcanzar la cantidad de carbohidratos necesarios para el ejercicio”, dice el PhD Jaison Wynne, coautor del estudio que agrega, “en ese punto, estarías demasiado alcoholizado para siquiera hacer ejercicio”.

Sin embargo, insisten, después de un entrenamiento, la cerveza light puede tener otro beneficio: la presencia de polifenoles. Estos tienen el potencial de mantener el rigor del sistema inmunológico y reducir el riesgo de infecciones respiratorias asociadas con el entrenamiento intenso, afirman en la revista Men’s Health.

Claro, siempre pensando en el consumo moderado, el experto en bebidas deportivas insiste, “las personas que tienen esa conducta, que son concientes de la importancia del cuidado de su salud, de la hidratación, antes de tomar una cerveza, no duda en elegir una Gatorade o directamente, agua”.

¿Una pelea perdida? Una pelea de gigantes, industrias y marcas, el caso de la cerveza buscando ser una opción para la recuperación deportiva, lleva más de una década.

Para sostener la posibilidad, agrega la profesora Rosa M. Lamuela-Raventós del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, que estudió el papel de los polifenoles en nuestra salud y dijo en un seminario web en julio pasado que los polifenoles que se encuentran en el vino tinto en realidad podrían ayudar a quemar calorías en los alimentos. El informe completo sobre ese hallazgo se puede leer en The Drinks Business haciendo clic aquí.

Otra revisión científica en profundidad reciente encontró que el consumo moderado de vino, queso y café podría estar relacionado con un menor riesgo para la salud del corazón.

En lo que respecta al vino, el Dr. Gabriele Riccardi, quien dirigió la investigación, descubrió que beber dos vasos de vino al día estaba relacionado con la reducción óptima del riesgo de enfermedad cardiovascular, en un 32%. Sin embargo, cualquier consumo más alto tuvo un efecto adverso sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular


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