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Durante el tradicional desayuno -el Presidente llegó a la una de la tarde- de la Corporación Vitivinícola Argentina se presentó el Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2030. José Zuccardi, el Presidente de COVIAR, realizó la presentación del PEVI rodeado de funcionarios y con una escasa presencia de representantes de bodegas.

El Presidente argentino no tuvo una gran recepción en Mendoza donde viñateros, bodegueros y un pueblo mendocino todo festeja tradicionalmente la vendimia en los primeros días de marzo. Apenas aterrizó algunos periodistas apostados en el aeropuerto de el Plumerillo le preguntaron por la fuerte crisis social de la provincia de Formosa. Pasado ese momento incómodo, en la ruta, en la puerta de entrada de las instalaciones de la sede del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) lo esperaba un ruidoso grupo de mendocinos que le reclamaba medidas económicas para afrontar la fuerte crisis económica que atraviesa el país.

Pero, como en la política y en la vida, todo pasa. Apenas ingresó al predio del INTA, por cierto, varias horas tarde, el desayuno se convirtió en un almuerzo, frente al presidente de la Nación, Alberto Fernández, acompañado por el Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, el ministro del Interior, Wado De Pedro, y el Gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez, a partir de las 13 horas dieron inicio al tradicional “desayuno de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR)”, donde se presentó el Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2030, en el INTA de Luján de Cuyo, Mendoza. También acompañaron al primer mandatario, el Secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, el Secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Veliz y la presidenta del INTA, Susana Mirassou.

Después de 10 años un Presidente argentino volvió a un encuentro con las bodegas. Llegó cuatro horas tarde, sin anuncios para el sector, mal asesorado (dijo que bajó el consumo en la Argentina) y será recordado por recomendar producir vino sin alcohol.

Rodeado de funcionarios nacionales y provinciales, intendentes locales y legisladores de la zona de Cuyo, llamó la atención a medios e invitados la ausencia de representantes de las bodegas y viñateros de las provincias argentinas productoras de vino, hasta el momento 18 de las 24 contando la Ciudad de Buenos Aires.

El Presidente abrió su discurso recordando que “hace 18 años cuando Néstor (refiriéndose al ex Presidente Kirchner del que fue su Jefe de Gabinete) era presidente llevamos adelante el primer plan estratégico para la industria de la vitivinicultura. Lo hicimos convencidos de que la Argentina allí tiene un potencial enorme para desarrollar. A muchos lugares el vino llega y está signado por la calidad. En aquel momento dijimos tenemos que darle potencia a toda la actividad, donde aparecen a veces separados, pero nunca debieran estarlo, a los que producen la uva y a los que industrializan el vino”.

“Somos el quinto país más importante en la producción de vino industrializado. Los argentinos tenemos que darnos cuenta que hay un potencial de desarrollo enorme que no debemos desaprovechar. El secreto para que esto funciones está en el trabajar juntos. Les garantizo que el estado nacional estará al lado de cada uno de ustedes para apoyar la industria vitivinícola, como hicimos con Néstor, y que el Plan le sirva a toda la argentina”, enfatizó Fernández.

En cambio, el discurso del Gobernador mendocino Suárez destacó el trabajo de los productores del sector en un año de características excepcionales y expresó su gratitud diciendo “quiero agradecer el esfuerzo hecho por todos los que posibilitaron que se levantara la cosecha. Y que nuestra industria más representativa -más del 70% del vino argentino- siguiera adelante a pesar de las dificultades”.

Por su parte, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra (llegó dos días antes que el Presidente), aseguró hoy que “hay que potenciar el bienestar general para construir una Argentina que nos incluya a todos, para que mendocino, sanjuanino, riojano o de cualquier provincia pueda seguir viviendo ahí, para que las empresas puedan ser dirigidas por sus coterráneos y que sus empresarios vivan en su tierra y generen bienestar en sus comunidades”.

Cargadas de nacionalismo y hasta cierto populismo, las palabras del ministro Basterra, no pasaron desapercibidas a pocos kilómetros de allí donde la entidad que representa a más del 80% de las bodegas de la Argentina realizaba su evento más importante en la bodega Trivento, una joven y moderna compañía argentina perteneciente a uno de los mayores productores y vendedores de vino del mundo, la compañía chilena Viña Concha y Toro.

Justamente, refiriéndose a esa diferencias entre algunos bodegueros mendocinos con el resto de las bodegas de todo el país (mayroría de mendocinos también), el ministro continuó con su discurso pero esta vez tratando de acercar posiciones al señalar que “los desequilibrios se resuelven con instancias de debate, como las que venimos proponiendo desde el Gobierno Nacional, como el Consejo Económico y Social donde se están reuniendo los empresarios, los trabajadores, y los Estados para promover un esfuerzo compartido destinado a la recuperación de Argentina”.

“El nivel de desarrollo de la industria del vino en la Argentina, que le permite ubicarse entre las más importantes del mundo, genera un escenario propicio para que se realicen tanto los empresarios como los trabajadores”, finalizó el Ministro haciendo referencia a la generación de divisas del sector vitivinícola que aporta a las arcas del Estado más de 1.500 millones de dólares anuales entre exportaciones y enoturismo.

Previo a las palabras oficiales, la cartera agropecuaria nacional, a través del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), representado por su presidente Martín Hinojosa, y el SENASA, por su vicepresidente, Carlos Milicevic; avanzó en la firma de un convenio destinado seguir mejorando la sanidad vegetal de los viñedos, y la generación de un sistema único de documentación de tránsito vegetal para los productores.

Siguiendo con los discursos de la jornada, el presidente de COVIAR, José Zuccardi agradeció la presencia de las autoridades nacionales y manifestó: “Hoy presentamos la actualización del Plan Estratégico Vitivinícola Argentina, un plan para toda la cadena con foco en la innovación y sostenibilidad social y ambiental. Construido en un marco participativo y democrático” remarcó el dirigente sabiendo que justamente es lo que más se le critica a su férrea conducción de la entidad encargada de distribuir los fondos que aportan por Ley las mismas bodegas que lo critican a lo largo y ancho del país vitivinícola.

A su turno, la Presidenta del INTA, Susana Mirassou, reafirmó “el total compromiso para que pueda materializarse el Plan Estratégico PEVI 2030, lograr una vitivinicultura inclusiva, con competitividad sistémica, aportando a la equidad territorial y social, y cuidando el ambiente”.

En ese sentido, el laborioso e inquieto presidente del INV manifestó que “esperamos que a partir de la recuperación alcanzada en 2020, los productores logren una mejora en su rentabilidad”, al recordar la importancia que tiene esta economía regional para nuestro país” cerró Hinojosa.


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