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La industria yerbatera se queja del asfixiante cuidado de los precios. El consumo bajó apenas un 2,5% pero la inflación y la liquidación de divisas no ayuda. El consumo en Medio Oriente y Chile aporta divisas y un poco de aire a los que entienden de exportar. Se consolidan en nuevos mercados como Australia, Alemania, Turquía y Canadá.

La situación económica de la Argentina es evidente e incuestionable.  El sector industrial yerbatero no es ajeno a esa situación y el diagnóstico es similar al de muchos otros: es un momento difícil. La yerba mate forma parte de la canasta básica familiar de los argentinos y por eso está dentro de los “productos cuidados”.

Así lo explica Germán Horrisberger, director por la industria yerbatera ante el INYM diciendo que “por un lado, la industria debe pagar valores mínimos fijados por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), y por el otro nos ponen precios máximos a nuestro producto. Sumado a este contexto inflacionario se nos dificulta mucho poder trabajar. Estamos haciendo un esfuerzo enorme para seguir abasteciendo el mercado con yerba mate, ya que actualmente nos encontramos con rentabilidad negativa en nuestro producto”.

Según los datos del INYM, en el mercado interno se consumieron alrededor de 226,7 millones de kilos de yerba mate en los diez primeros meses del corriente año, lo que representó una caída de 1,2% respecto a igual período de 2019. En el transcurso de octubre pasado los despachos al exterior sumaron 3,4 millones de kilos, con un volumen de casi 34,5 millones de kilos para los diez meses del año en curso. Según estos datos, la industria no debería tener problemas mayores pero todos los productores se quejan del fuerte impacto de la inflación a la hora de pagar sueldos, combustible y servicios que han aumentado bastante su incidencia en el negocio.

Sin embargo, el ex Export Manager de Piporé y Las Marías, Silvio Leguía, da otra versión diciendo que las cuentas de la industria exportadora “siempre cerraron más que el mercado interno. Ahora estamos pasando por un momento difícil porque tenemos los precios máximos en el país y eso hace que estemos perdiendo dinero porque el costo principal nuestro que es la yerba mate canchada y la hoja verde tuvieron una subida de precio fenomenal y, en cuanto al mercado externo, como liquidamos divisas al valor del dólar oficial y encima tenemos una retención sobre dicha liquidación, no digo que perdemos, pero tampoco estamos en la panacea. Con los ajustes que hicimos estamos empatando. La realidad es que el precio máximo está matando a todos. Creo que debería reverse, sino se debería consignar en toda la cadena yerbatera”.

Con otras palabras Horrisberger dice lo mismo sobre las exportaciones, “al tener un tipo de cambio de divisa bajo también nos complica a la hora de exportar”, resume el empresario misionero y agrega datos “con respecto al consumo aclara que si bien ha caído un poco con respecto al mismo período del año pasado todavía no tienen datos precisos anuales, aunque se ha registrado una merma de 5 millones de kilos para mercado interno, lo que implica una baja del 2,5 por ciento.

Las exportaciones

Tal cual sucede en otras industrias, las exportaciones ayudan a las empresas a cubrir problemas o falencias del mercado interno que este año no solo fue golpeado por la pandemia sino además por la crisis económica y, por supuesto, por la inflación.

Medio Oriente es una verdadera salvación para muchos, claro, compra 32 millones de kilogramos de los 40 millones que se exportan por año. Fuera de América Latina, Siria es el consumidor número uno. El 70% de las exportaciones de yerba mate de Misiones viajan por la Hidrovía hasta Buenos Aires y de allí, directo a Siria. En segundo lugar entre los importadores se ubica Chile pero muy lejos, fuera del continente, ninguno consume tanto como los sirios.

Silvio Leguía, de gran experiencia en la exportación de alimentos.
Pasó por Molinos, Lavaqué, Las Marías y Piporé.

Eso si, dice Leguía, el mercado chileno “crece día a día. Es un mercado que con la pandemia y el hecho de quedarse en casa creció mucho. El consumo se da mucho más en el sur de Chile, pero de a poco se está extendiendo. En Santiago de Chile se puede conseguir. El crecimiento más fuerte se dio en 2013 cuando estaban muy de moda los reality Show. En uno de esos programas participaba un joven argentino que estaba todo el día tomando mate. Esto generó un efecto contagio entre la gente” y el impacto fue un hito.

Leguía, un experto que ya no está más en la industria, cuenta que “en Siria se consume el 100 por ciento de yerba mate argentina. El consumo tuvo que ver con la inmigración de sirios y libaneses en el siglo XIX cuando llegaron a la Argentina huyendo de la invasión turca. Luego regresaron a su país y llevaron yerba. Sé que intentaron ingresar los paraguayos, brasileños y uruguayos, pero no tuvieron aceptación. En Chile se puede encontrar yerba mate argentina y brasileña. La diferencia es que la yerba argentina se vende en paquetes con marcas específicas y la brasileña se vende a granel a empresas chilenas que la envasan con nombres propios”.

Sin dudas el caso chileno es muy interesante, allí hay dos mercados bien diferenciados. “Uno para el país en general y el otro para la zona franca de la ciudad de Punta Arenas, frente a Ushuaia” cuenta Leguía y agrega un dato muy interesante, “ellos comercializan con Malvinas productos en general y, entre esas mercaderías envían yerba mate para la comunidad chilena que reside en las islas Malvinas. Si bien en cantidad es poco, simbólicamente representa mucho. Es el único producto argentino presente en los supermercados de Malvinas”.

Impensado. De la mano de los consumidores chilenos,
el mate sigue firme en las Islas Malvinas.

También es muy interesante como se manejan las relaciones político culturales, un ejemplo de ello es la situación comercial y muy particular de algunos exportadores en Medio Oriente ya que al venderles yerba mate a Siria y a El Líbano les impide ingresar a un mercado donde los argentinos residentes son una comunidad muy importante, Israel. Es un hecho, “las pocas empresas que exportan a Israel no exportan ni siquiera un kilogramo a Siria” afirma Leguía.

Finalmente, otro caso muy interesante es el de Polonia, un mercado chico pero en pleno crecimiento a pesar de no tener una comunidad argentina o uruguaya, son los propios polacos los que toman mate.

Finalmente, también vale reseñar lo que sucede en países como la India pero ya no consumiendo yerba mate como en Argentina, Uruguay, Brasil o Chile sino como una infusión muy gourmet donde se mezcla yerba mate con frutas o flores o hierbas. Por último, aunque los datos sobre consumo aún no son importantes, los éxodos de argentinos, sirios y uruguayos lograron que la yerba mate entrara a lo que en la industria llaman “mercados nostálgicos” como son Australia, Turquía, Alemania, Canadá y Suecia donde las colonias de exiliados se ocuparon de manera personal que alguna empresa importadora nunca dejara de abastecerlos de manera permanente esa bebida que con su ritual les recuerda momentos que posiblemente nunca más vuelvan a vivir.


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