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Mientras el Gobierno busca responsables por la alta inflación, un estudio realizado por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló que en la Argentina los impuestos representan el 43% del precio que el consumidor paga por un vino de 750 cc. Según el departamento de Economías Regionales de la entidad, el productor primario (viñatero) apenas logra entre un 9,4% y el 5,8% del precio pagado en un supermercado.

En base a datos provisorios del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) sobre el acumulado anual de ventas enero-diciembre 2020, según el tipo de envase y sin discriminar tipo y calidad de vino, la botella representó el 59,7%, el Tetra Brik el 36,1%, la damajuana el 3,8%, y otros formatos el 0,42%.

Discriminar por tipo de envase es importante ya que ayuda a explicar que partes de la población de los consumidores paga más o menos impuestos al comprar un producto en botella o Tetra.

Los vinos estudiados fueron los que más se consumen en Argentina, vino tinto gama baja envasado en caja (tetra) y vino tinto gama media-baja envasado en botella de 750 cc. Al analizar el segundo eslabón, que es la industria bodeguera, se visibiliza la alta incidencia de los insumos en la estructura de costos.

En relación al vino en botella, la elaboración y el fraccionamiento del contenido explican solamente el 10% de los costos del eslabón, mientras que los insumos (botella, etiqueta, corcho y capuchón) representan el 33,3%. En el caso del vino tinto en tetra, la elaboración y el fraccionamiento sólo representan el 12% de los costos, mientras que un 24% responde a insumos (caja Tetra Brik).

Con respecto a ambos envases, las empresas proveedoras son oligopolios fijadores de precio, lo que se ve reflejado en la estructura de costo final.

Tetra Brik

Según el estudio de Came, de los $ 88,70 en los que se vendió la caja de vino tinto gama baja en Capital Federal, que es el precio promedio de la segunda semana de febrero 2021, el productor participa en 9,4% del precio de góndola ($ 8,40). La industria bodeguera en 21,6% ($ 19,20), 11,3% corresponde a elaboración y 10,3%, a fraccionamiento. Mientras que el mayorista participa en 15,2% ($ 13,40) y el minorista en 10,7% ($ 9,40), los impuestos en 43,1% ($ 38,30).

Una vez más, el Estado en sus tres niveles es el gran protagonista en la formación de precios. Al desagregar los impuestos desde la cosecha de la uva hasta la venta del tetra en góndola, se observó que el 69,9% son impuestos de origen nacional y el 30,1% provinciales o tasas municipales.

Con respecto a los impuestos específicos de la cadena de valor, el 41,9% corresponde al IVA, el 24,5% al Impuesto a las Ganancias, el 16% a Ingresos Brutos, el 3,5% a impuestos sobre la mano de obra y el 14,1% a otros impuestos provinciales o tasas municipales. Del precio que abonó el consumidor en góndola ($ 88,70), además del importe correspondiente a impuestos ($ 38,30), el 19,6% ($ 17,40) corresponde a ganancias netas y el 37,2% ($ 33) a costos de producción, elaboración y distribución.

Came: impuestos representan hasta 43% del precio del vino

Vino en botella

En base a lo planteado por Came, la excesiva carga tributaria queda al descubierto también en el vino embotellado, respondiendo el 76,1% a impuestos nacionales y el

23,9% a provinciales o tasas municipales. Además, al analizar los impuestos específicos de la cadena de valor, el 41,3% corresponde al IVA, el 23,9% al impuesto a las Ganancias, el 15,5% a Ingresos Brutos, el 4,2% a impuestos sobre la mano de obra, y el 15,1% a otros gravámenes provinciales o tasas municipales.

Durante la segunda semana de febrero, el precio promedio de una botella de vino tinto gama media-baja de 750 cc en Capital Federal fue de $ 215,50. Del valor de góndola, el productor explica el 5,8% ($ 12,40). En tanto, la industria bodeguera el 22% ($ 47,40), 14,7% elaboración y 7,3% fraccionamiento; el mayorista el 17,6% ($ 37,9); el minorista el 11.3% ($ 24,50), y los impuestos el 43,3% ($ 93,40).

Del precio que abonó el consumidor en góndola ($ 215,50), además del importe correspondiente a impuestos ($ 92,90), el 19,1% ($41,30) corresponde a ganancias netas y el 37,5% ($ 80,90) a costos de producción, elaboración y distribución.

El productor, entre el peso y el dólar

Mientras que en las provincias de Mendoza y San Juan se produce 95,5% del vino comercializado en el mercado interno, se estima que a nivel nacional la cantidad de productores ronda los 18.000, con un total aproximado de 24.000 viñedos. En enero de 2021, los viñateros obtuvieron una ganancia neta de tan sólo el 0,5% sobre el precio final de comercialización.

Cabe destacar que, en este eslabón, el iniciador de la cadena, el costo de sus insumos está 100% dolarizado: repuestos de maquinaria, fertilizantes, productos fitosanitarios y herbicidas. En el caso de exportar (alrededor del 25% de la producción de vino se exporta), los bodegueros cobran a valor de dólar oficial, pero los insumos del productor primario se compran al tipo de cambio MEP. “Así se produce una brecha que desincentiva la inversión en nuestro país”, sostuvieron desde Came.

Exportaciones: lideran los fraccionados

Argentina exportó, en los dos primeros meses de 2021, 49,3 millones de litros de vino (-42,1%). Estas cifras suponen que se exportaron 35,8 millones de litros menos con respecto al mismo período del año 2020. De los 49,3 millones de litros de vino exportados, 30,6 millones (62%) corresponden a vinos fraccionados (+12%) y 18,7 millones (38%) son vinos a granel (-67,6%).

Se exportaron 39,2 millones (79,6%) de litros de vinos varietales (+4,1%), 9,6 millones (19,5%) de litros de vinos sin mención varietal (-79,5%) y 0,4 millones (0,8%) de litros de espumosos (+14,8%). Las exportaciones de mosto concentrado en lo que va del año ascienden a 13.869 toneladas, 27,6% menos con respecto al mismo período del año anterior. Las cifras surgen del Instituto Nacional de Vitivinicultura (IVC).

El presidente del INV, Martín Hinojosa, comentó que el resultado en valor FOB es positivo para los vinos fraccionados ya que en los dos primeros meses de 2021 alcanzaron los US$ 110 millones, que representa un aumento del 8,3% con respecto al año anterior. “EE.UU., Canadá, Brasil y Paraguay lideran este crecimiento en volumen y valor”, dijo. Hinojosa explicó que “las ventas argentinas de vinos a granel están sufriendo una caída por la falta de oferta exportable, con muy bajos stocks disponibles y a la espera de que estén disponibles los vinos de la nueva cosecha”. A pesar de esto las exportaciones totales de vinos, granel más fraccionado, crecen en valor FOB casi 2%, impulsadas por el crecimiento de estos últimos “que, en este momento, se han transformado en la locomotora del comercio exterior de la vitivinicultura de nuestro país”.


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