La Suprema Corte de Mendoza sentó un precedente al fallar a favor de Cristina Zuccardi en una disputa familiar por la herencia de una bodega argentina emblemática, condenando a su hermano José “Pepe” Zuccardi a una compensación mínima de U$S 12 millones. La decisión, con perspectiva de género, resalta la desigualdad histórica en la distribución de bienes familiares. Zuccardi pierde poder, ya no es el mandamás de la industria.
El caso Zuccardi ha generado un intenso debate sobre la desigualdad en la herencia familiar y la aplicación de la perspectiva de género en el derecho sucesorio. Finalmente Cristina Zuccardi decidió dejar de esperar que su hermano sea justo con ella y hace 6 años comenzó una demanda a su hermano José por considerar injusta la distribución del patrimonio familiar, particularmente la asignación de la bodega, el negocio más rentable, en su totalidad a José.
La decisión de la Suprema Corte de Mendoza, que condena a José a compensar a Cristina con U$S 12 millones, es considerada por los especialistas en derecho sucesorio un fallo inédito por su enfoque en la perspectiva de género, abriendo un debate sobre la necesidad de re-evaluar las prácticas tradicionales de herencia familiar.
Un reparto desigual y una demanda por justicia
En 1992, los padres de Cristina y José Zuccardi, Emma Cartellone y Alberto Victorio Zuccardi, realizaron un adelanto de herencia. Repartieron en partes iguales las acciones de dos empresas constructoras, Cimalco S.A. y Cimalco Neuquén S.A., entre sus tres hijos (Cristina, José y Ema).
Sin embargo, le donaron el 100% de La Agrícola S.A., la bodega familiar, a José. Como compensación, José debía entregarles mensualmente vino blanco escurrido a sus hermanas.
Al fallecer el padre en 2014, Cristina, quien nunca estuvo de acuerdo con el reparto, inició una demanda en 2018, argumentando que “es muy feo que te saquen lo que te corresponde, que te saquen del clan, que te empujen para afuera, es casi un tema identitario. No es natural hacer diferencia entre hijos, porque, además, se termina haciendo diferencia con los nietos”.

Ella argumentó que “fue injusto, pero antes era algo de lo más común. A mi madre le hicieron lo mismo”. Imegen: Perfil.
El fallo con perspectiva de género y sus implicaciones
La Suprema Corte de Mendoza, en su fallo, no solo condenó a José Zuccardi a la compensación económica -algunos medios malintencionados deslizaron que comprometía las finanzas y la estabilidad de la compañía-, sino que también analizó el caso con una perspectiva de género.
La jueza María Teresa Day, en su resolución, señala que “la actora, por el sólo hecho de ser mujer, recibió un trato desigual en la distribución de los bienes familiares. Sus padres no consideraron que tuviera la capacidad, la aptitud, la creatividad y la tenacidad para llevar adelante la empresa familiar con mayor potencial en ese momento, cualidades todas que encontraron sólo en el hijo varón”.
El fallo destaca que la desproporción en la distribución patrimonial “no se vincula con el amor, sino más bien con decisivos patrones socio culturales, habituales en aquella época, por los cuales se consideraba que las mujeres no podían acceder a determinados ámbitos o espacios de poder”.
La jueza también agrega que, más allá de ser una familia con una educación más moderna, “no debe pensarse que la situación era distinta en este caso por tratarse de empresarios y, especialmente, de una empresa de familia. Por el contrario, en el ámbito empresarial es donde más se constatan situaciones en las cuales se impide a las mujeres acceder a cargos de dirección y decisión”.
El valor total del patrimonio en disputa, incluyendo empresas y donaciones, se estimó en U$S 119.526.746,40. Cristina recibió U$S 7.868.143,62, mientras que José arbitrariamente recibió U$S 94.767.461,86.
Ahora, la sentencia ordena a José pagarle a Cristina U$S 12.002.827,72, más intereses y, por supuesto, las costas del millonario juicio.
Un precedente y un cambio cultural
La decisión de la Suprema Corte de Mendoza no solo sienta un precedente importante, destacando la necesidad de analizar las herencias familiares con perspectiva de género y reconocer las desigualdades históricas que han afectado a las mujeres.
Además, la sentencia que seguramente los abogados de Zuccardi van a apelar hasta la última instancia, marca un fin de época, 20 años en los que José Zuccardi manejó los dineros públicos de la industria vitivinícola a su total antojo no solo a través de la presidencia de la COVIAR sino además a las otras entidades del vino argentino subyugadas bajo su fuerte influencia.
Durante ese lapso, tal cual lo explica el mismo Zuccardi frente a la Justicia, el empresario y especialista en mercados regulados convirtió a la bodega familiar en una de las más grandes de la Argentina a la vez que cosechó reconocimientos, premios y galardones para sus vinos y la bodega, una de las más importantes del mundo.
Volviendo al fallo de la Corte mendocina, según la doctora Mariana Iglesias, especialista en Sucesiones, “la perspectiva de género constituye una exigencia constitucional y convencional que va afirmándose en las decisiones judiciales”.
Iglesias también menciona la frecuencia con la que observa un trato desigualitario hacia las mujeres en la praxis profesional, especialmente en la administración de herencias, donde “es frecuente observar los debates sobre la administración de la herencia, que a veces se prolonga innecesariamente en manos de hermanos e hijos varones que evitan la partición”.
El caso Zuccardi, sin duda, impulsará el debate sobre la herencia familiar y la igualdad de género en el ámbito legal y social.
José Zuccardi -un hombre con poderosos lazos con el poder durante los últimos 20 años-, por su parte, ha apelado la decisión ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El caso, por lo tanto, continuará su recorrido judicial, con una atención especial por parte de la sociedad y el mundo jurídico. Vale destacar que esta nueva Corte -de apenas tres miembros-, además de demorar sus fallos de manera habitual también es cada vez más propensa a rechazar casos que involucran simplemente intereses muy particulares.