«El consumidor chino decidió dejar sus yuanes en el banco» dice un distribuidor de bebidas en China, una explicación para comprender la brutal caída del 67% (-500 millones de litros) de sus importaciones de vino desde que batiera todos los récords en 2017.
China redujo sus importaciones de vino un 26% en volumen y un 15,2% en valor en 2023, hasta los 249 millones de litros y los 8.220 millones de yuanes, unos U$S 1.142,78 millones solo el último año.
Desde que alcanzaran sus máximos históricos en 2017 con 751 millones de litros y 18.850 millones de yuanes -China era hasta entonces el mercado mundial de mayor crecimiento desde el año 2000- equivalente a unos U$S 2.620 millones, lo que significa que en estos últimos seis años, las importaciones chinas han caído en una picada fatal para industria toda.
Para ser más claro, China ha dejado de importar 502 millones de litros de vino (-67%) y de gastar 10.630 millones de yuanes (-56%), equivalente a unos 1.478 millones de dólares, sin dudas, toda una catástrofe para sus principales exportadores, Australia, España y Francia.
Desde que las importaciones chinas de vino alcanzaran sus máximos históricos en 2017, los proveedores que más ventas han perdido han sido Australia -desde 2020, afectada por un histórico arancel de 218%-, España, Francia, Chile y Argentina.