Mientras en el mundo se habla de envases, sustentabilidad y sostenibilidad, el informe de una consultora contratada por COVIAR destaca el afianzamiento de empaques como la lata, el Bag-in-Box y los botellones para el vino, la mayoría de ellos lejos del alcance de la mayoría de las bodegas. Sin embargo, hace unos pocos meses desde el INV, destacaban la fuerte baja en las ventas de algunos de ellos. La realidad indica que la tendencia de los envases para alimentos y líquidos deben promover la sustentabilidad.
El vino en lata, el Bag-in-Box y los botellones, entre otras innovaciones para la comercialización en la industria vitivinícola, ganan terreno en el mercado con el apoyo de los nuevos consumidores.
«Para conquistar a nuevos consumidores, una de las revoluciones del vino en el mercado interno se tiene que dar a través de los empaques», sostiene el informe «Situación competitiva del vino argentino en el mercado interno» elaborado por la Consultora W de Guillermo Oliveto para la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar).
El estudio expresa las necesidades de la actividad para sostener e incrementar sus mercados y traza líneas de acción en pos del crecimiento con inclusión de todos los actores de la vitivinicultura argentina.
Y destaca que «el consumidor argentino está abierto, captan su atención y ve con expectativas favorables las innovaciones que se están dando y se pueden dar en el vino y su packaging en pos de ganar nuevos consumidores».
Los nuevos empaques
Según datos del Instituto Nacional de la Vitivinicultura (INV), el crecimiento del «share» (porción de mercado) de estos envases demuestra la buena recepción que tienen para el público en general.
El botellón de hasta 1,5 litros tuvo un crecimiento de 50,6% en la comercialización total de vino entre agosto de 2018 y 2019, y de 23,8% entre agosto de 2019 y 2020.
El Bag-in-box también tuvo importantes crecimientos en ambos periodos: 77,8% entre agosto 2018-agosto 2019, y 37,6% para el mismo periodo entre 2019 y 2020. Sin embargo, desde el INV, destacaron que su consumo en lo que va del 2020 cayó un 55% siempre teniendo en cuenta que su practicidad y salida estaba muy relacionada al consumo «por copa» que ofrecían mientras funcionaban los restaurants.
Por su parte, la lata -que se comenzó a medir este año- representó más de 77.000 litros de la comercialización total de vino en agosto de 2020.
El crecimiento de las latas
«Confiamos en que el consumo de latas continuará creciendo, impulsado además por las últimas tendencias y ventajas del envase, como la practicidad, la seguridad y la posibilidad de enfriarse más rápido», afirmó a Télam Andrés Agnello, gerente comercial para Argentina y Uruguay de Ball Envases de Aluminio.
Para Agnello, «la orientación de los consumidores hacia envases que sean amigables con el medioambiente marcará el rumbo de la innovación y transformación del sector» y agregó que «a un año del debut de la lata en la categoría de vinos llevamos lanzadas 10 etiquetas; vinos de calidad, en latas de aluminio con desarrollos distinguidos y volúmenes muy importantes que superaron ampliamente las proyecciones más optimistas», completó.
Según Oliveto, pese a dudas que circundan en el imaginario de algunos consumidores habituales, «el vino en lata tiene muy buena aceptación»; a 57% de los consumidores de bebidas con alcohol les parece muy o bastante interesante la propuesta porque es una novedad que transmite modernidad, juventud y permite otras ocasiones de consumo.
Las ventajas del envase
Según los encuestados, los aportes de la lata a la imagen del vino radican en una estética moderna y cuidada; además, para vinos refrescantes, como espumantes o blancos, el aluminio enfría bien y brinda practicidad; y aporta una medida justa e individual a la hora del consumo personal.
Asimismo, se relaciona a este empaque con propuestas más jóvenes y modernas, abriendo oportunidades en diversas escenas como previas, picnics o camping, permitiendo a su vez variedad en reuniones con amigos y fiestas.
El Tetra y el vino en caja que no encaja
El vino en caja en el mercado argentino tiene una larga historia, muy exitosa desde el primer momento, teniendo hoy como grandes triunfadores del exponente en tetra pack a las marcas, Toro y Termidor, ambas de entrañable valor entre el consumo masivo y de la canasta alimentaria nacional.
Pero el informe preparado para la COVIAR se refiere a otra de las variables de empaque que destaca el informe, como una innovación que requiere ser bien explicada y comprendida para tener impacto. Sin dudas el «Bag in Box», es alternativa innovadora del vino en caja que, en la Argentina, debe luchar con los prejuicios que existen sobre la calidad de los vinos en este tipo de envases.
Pese a sus ventajas, en la Argentina, este envase -el bag in box- podría estar camino a la extinción decía en el mes de agosto desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura, Luis Sentinelli, quien detalló además que disminuyó de 700.000 litros a 300.000 litros.
“El bag in box no es un envase exitoso en la Argentina. En lo que va del año es el que más se cayó. Se estima un 55% del 2020 respecto al 2019, en función del despacho de vinos para el consumo”
Luis Sentinelli del Instituto Nacional de Vitivinicultura
“Tuvo su buen momento a raíz que permitía vender vino tirado, lo cual lo asemeja a la cerveza en los Países Bajos y nórdicos”, agregó Sentinelli al medio digital info Mendoza, quien comentó que de todos modos hay bodegas que han mantenido el producto, lo cual significa que tiene una clientela para ellos”. No obstante, según Oliveto, «al conocer cuales son sus propiedades, mejora la percepción en base a tres atributos: practicidad, conservación y accesibilidad».
En cifras, a 68% de los consumidores de bebidas con alcohol, les pareció «muy o bastante interesante», en oposición con la opción del «vino en sachet», que a 75% les pareció «poco o nada Interesante».
Algunas de las bodegas que ya ofrecen sus vinos en BIB son Casarena, Las Perdices, Carina E, La Rosa, Foster, Chakana y Lorca -la mayoría de ellos ya dejaron de hacerlo- mientras que por ahora la única que exploró el Portion Pak es Yacu, la marca de la productora de cítricos El Carmen y Tetra Pack.
“La vida útil del BIB se limita a unos 6 a 9 meses, ya que el envaese es permeable al oxígeno. Luego de este período, el vino se deteriora inevitablemente. Por eso está limitado a aplicaciones de vinos jóvenes de alta rotación. Si un vino tiene una complejidad y estructura que se beneficia por la evolución en botella, no debe ser envasado en un Bag in Box”, decía a Clarín en 2017 Juan Pelizzatti, presidente de Chakana.
Por último, aparece otra propuesta que desde hace tiempo se presenta como una opción de consumo en mayor cantidad: los vinos en botellón de 1,5 o 1,25 litros.
Según el estudio, esta opción está aprobada por 62% de los consumidores de bebidas con alcohol y lidera el ranking de las innovaciones más atractivas.
«A través de las innovaciones en el producto en sí, pero también a través del empaque, la comunicación y la estrategia de comercialización, la industria vitivinícola se va adaptando a las nuevas necesidades de los consumidores, ampliando su alcance y contribuyendo a generar nuevas ocasiones de consumo», concluye la Consultora W.
Informe Agencia TELAM