Mientras grandes productores de vino y espumantes se mueven para asociarse con estrellas del cine, la música y el deporte, Angelina Jolie y su ex marido mueven fichas para deshacerse de Château Miraval -la finca vitivinícola de Provenza donde se casaron en 2014- y de esa manera salir del negocio de las bebidas y las burbujas. Tal vez en Septiembre.
Cuando Angelina Jolie y Brad Pitt compraron Château Miraval en 2008, pocos podrían haber adivinado que el vino rosado Miraval de la pareja hollywoodense sería tan bien recibido, tampoco nadie imaginó que ganarían tantos premios, incluido un codiciado lugar en la lista de los «Top 100» de Wine Spectator en 2013.
Sin duda, nadie imaginó que instalarían una tendencia en el sector del vino, aunque tal vez si, algún medio especializado, tal vez ellos sí pudieron imaginar que era el inicio de una moda y, claro, de un enorme negocio que hoy mueve miles de millones.
Contra cualquier pronóstico agorero, ellos lo hicieron, la calidad constante y el carácter de los vinos Miraval lograron en un período relativamente corto -al menos para la industria- silenciar a los críticos cuando se trata del espinoso tema de los viticultores famosos.
Ahora, se dice que Jolie presentó un documento pidiendo a un juez que levante una orden que impide que tanto Jolie como Pitt transfieran activos durante su divorcio, informan los especialistas en chismes de TMZ.
Si bien la congelación de dichos activos es una parte estándar de los procedimientos de divorcio, Jolie supuestamente tiene un comprador en la línea para Miraval y no quiere perderlos.
Se cree que la pareja A-List compró la finca vinícola de 1000 acres a través de Nouvel LLC por unos geniales 45 millones de euros (alrededor de 67 millones de dólares en ese momento), y la propiedad fue sede de la boda de la pareja en 2014.
La familia Perrin, de la fama del Château de Beaucastel, actualmente es copropietaria de la finca y gestiona la vinificación allí.
Situado en el corazón de la Provenza francesa y con 30 hectáreas de superficie, los viñedos de Château Miraval cubren dos denominaciones de la zona Coteaux-Varois-en-Provence y Côtes de Provence, bajo las que se elaboran dos vinos blancos y uno rosado. Ya en 2016, poco después de anunciar su separación, la pareja sacó a la venta el castillo, con 35 habitaciones y 500 hectáreas de terreno (dentro de las que están los viñedos), pero su alto precio, 55 millones de euros, parece que no convenció a los compradores de entonces
La revista US Weekly ha tenido acceso a los documentos del nuevo proceso legal iniciado en los que se refleja que la artista ha encontrado un comprador para su parte de esos viñedos franceses, pero que ella no puede finalizar dicha venta porque Pitt aún no ha consentido levantar la ATRO, como se denomina a la orden en cuestión. A menos que el juez decida suspender esa condición, Jolie no podrá deshacerse de su parte en Miraval.
“Después de todos estos años de intentar dejar de ser socios comerciales con su ex-marido en términos financieros aceptables, la señora Jolie está deseosa de cerrar el acuerdo pendiente para la venta de Nouvel, LLC, y solicita que el tribunal emita una orden para levantar la ATRO y especificar que no se aplicarán a la venta de Nouvel, LLC por parte de la señora Jolie“, ha afirmado en la declaración escrita el abogado de la actriz, según la información recogida por la misma revista y por diversos medios estadounidenses.
No es la primera vez que la pareja ha estado en la corte con respecto a Château Miraval. En 2017, un Tribunal de Apelaciones de París ordenó a Jolie y Pitt que pagaran más de 500.000 euros a una diseñadora de interiores francesa que presentó una demanda después de que no le pagaran por el trabajo completado en la propiedad.
Además, el equipo legal de la artista ha afirmado que la propiedad es, en realidad, solo de Jolie, puesto que esta la adquirió antes de que la pareja se casara en el verano de 2014, un matrimonio que se produjo precisamente en esa misma propiedad. Los abogados han solicitado una nueva vista el 22 de septiembre para pedir, una vez más, la eliminación de la orden para que la intérprete de Maléfica pueda así realizar de una vez por todas la venta.