El tamaño de las copas de vino ha crecido dramáticamente en los últimos 30 años. Un estudio determina que la ingesta en vasos pequeños redujo un 6,5 % el consumo de vino. En países como Argentina, el mayor tamaño de las copas no detuvo la caída del consumo. En 50 años bajó de 70 a 20 litros per cápita por año.
Un estudio de la Universidad de Cambridge demuestra que el uso de copas más pequeñas puede reducir el consumo de vino. En experimentos con 217 hogares británicos, los científicos encontraron una disminución del 6,5 por ciento en el consumo de vino cuando los participantes del estudio bebían de vasos más pequeños.
Durante el período de estudio de cuatro semanas, a los participantes se les asignaron vasos al azar con una capacidad de 290 mililitros o 350 mililitros.
El estudio, publicado en la revista Addiction, también examinó los tamaños de las botellas. Los hogares participantes en el estudio bebieron de botellas de 0,75 litros durante una quincena y de medias botellas (0,375 l) durante una quincena.
El consumo de vino disminuyó un 3,6 por ciento cuando se utilizaron medias botellas frente a las de 0,75 litros. Según los investigadores, esta disminución fue insignificante.
Conclusión
Si bien estos resultados son interesantes, más estudios deben confirmar el vínculo entre el tamaño de la bebida y el consumo de alcohol. Si se demuestra que esta conexión ocurre durante períodos más prolongados, podría influir en las políticas para reducir el consumo de alcohol.
Los tamaños de las copas de vino han crecido dramáticamente en los últimos 30 años. Las copas de vino más grandes también son comunes en los restaurantes para promover las ventas de vino.
Los investigadores dijeron que los resultados eran consistentes con la evidencia existente sobre el impacto de los tamaños de vidrio en la industria hotelera. Sin embargo, se necesita más investigación para sacar conclusiones firmes, dijeron.
Si los efectos del tamaño de la copa de vino sobre el consumo de alcohol demuestran ser fiables y persisten durante un período de tiempo más largo, las copas de vino más pequeñas en las casas de los consumidores hogareños podrían contribuir a la reducción del consumo de alcohol a largo plazo.
