La industria del vino sigue estancada en su performance comercial, sigue sin poder superar la barrera de los U$S 1.000 millones. Las entidades aseguran que la coyuntura económica es la responsable. Más allá de no haber autocrítica ni amagos de renovación, hubo un aumento en las exportaciones pero gracias al mosto concentrado y las pasas de uva.
El sector vitivinícola argentino brindó por un 2024 agridulce. Mientras el mercado interno enfrentó complicaciones, las exportaciones se convirtieron en el salvavidas, registrando un aumento del 15,3% y acercándose a la marca de los mil millones de dólares. Según un informe del Observatorio Vitivinícola Argentino, basado en datos del INV, los envíos al exterior aumentaron U$S 124 millones respecto al año anterior.
Un Rescate Generalizado: todos los productos en positivo
Más allá de los números globales, la noticia alentadora es que todos los productos de la cadena vitivinícola lograron mejorar sus exportaciones:

- Uva en fresco: El mayor crecimiento porcentual, con un impresionante aumento interanual del 86,9%.
- Pasas de uva: Un sólido aumento del 82,3%.
- Mosto o jugo concentrado de uva: El gran ganador en términos absolutos, con U$S 57 millones más que el año anterior.
- Vino fraccionado: Sumó U$S 22 millones a la facturación de exportaciones.
El Vino Fraccionado: un gigante que busca recuperar su trono
Si bien el vino fraccionado sigue siendo el producto estrella en términos de volumen exportado, con un crecimiento del 3,4% en facturación y del 3,2% en volumen en 2024, los números no engañan y aún se ubican por debajo de los años considerados “normales” como 2022 y 2021. Aún queda camino por recorrer para recuperar la cuota de mercado perdida, pero la tendencia es positiva.
Es interesante notar que los vinos fraccionados blancos mostraron un mayor dinamismo, con un crecimiento del 10,4% en volumen, mientras que los tintos solo aumentaron un 1,9% en 2024. En total, el vino fraccionado dejó más de U$S 660 millones a las bodegas exportadoras.
El Vino a Granel: siguiendo la misma tendencia
Las exportaciones de vino a granel también experimentaron un crecimiento, pasando de U$S 52 millones en valor, y de 46 millones de litros a 52 millones de litros, lo que representa un aumento del 13,6% interanual. Al igual que con el vino fraccionado, los blancos crecieron más (24,5% en volumen) que los tintos (12,5%). Sin embargo, los niveles de exportación de vino a granel en 2024 aún se encuentran por debajo de los registrados en 2022 y 2021, lo que indica que aún hay margen para crecer.
El Mosto: la estrella del año
Despreciado por algunas grandes compañías, el gran salto lo dio el jugo concentrado de uva o mosto, cuyas exportaciones se dispararon de U$S 132 millones en 2024. En volumen, se vendieron al exterior 82.499 toneladas en 2024, más del doble de las 40.554 toneladas del año anterior. El mosto se ha convertido en un producto clave para la diversificación de las exportaciones vitivinícolas argentinas.
Pasas de Uva: una luz en la mediocridad
Las pasas de uva también tuvieron un año excepcional, con exportaciones anuales en valor y volumen superiores no solo a los de 2023, sino también a los de los últimos cuatro años. Argentina exportó 43.515 toneladas de pasas de uva en 2024, un aumento del 70% en comparación con las 25.656 toneladas de 2023. En valor, las ventas al exterior totalizaron U$S 44,9 millones registrados en 2023.
Uvas en Fresco: crecimiento constante
Las exportaciones de uvas en fresco también registraron números positivos, con un crecimiento del 35% en cantidad, pasando de 2.973 toneladas en 2023 a 4.018 toneladas en 2024. En valor, los ingresos crecieron de U$S 4,7 millones entre 2023 y 2024.
Sin autocrítica no hay paraíso
La dirigencia del sector vitivinícola argentino celebra informes y análisis realizados a medida para ocultar una realidad de la que no puede escapar más allá del anunciado “fuerte impulso en las exportaciones” y de la frase que asegura que “el crecimiento generalizado en todos los productos es una señal alentadora y demuestra la capacidad de adaptación y la calidad de los vinos y derivados de la uva argentina”.
Sin embargo, aún hay desafíos por delante, especialmente en la recuperación de la cuota de mercado perdida en el vino fraccionado y a granel.
El futuro del sector se vislumbra con optimismo -la calidad del vino sigue siendo su mayor capital-, pero ese optimismo es tomado desde Negocios Líquidos con la prudencia necesaria para afrontar los desafíos económicos y políticos que presenta un mercado interno donde cada vez son más fuertes los grandes grupos de bodegas y las compañías extranjeras que tienen otros intereses “superadores” a los que tiene la tradicional industria del vino de la Argentina que hasta el momento no sabe como salir de la calle sin salida en la que está estacionada desde hace casi 15 años..