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El domingo 12 de noviembre se celebró el Día Mundial del Enoturismo, una actividad que crece de la mano de inversiones en hotelería gastronomía. Mientras el Estado no aporta los dólares para los insumos clave para la industria, aporta pesos para desarrollar el turismo.

Este domingo, como cada segundo domingo del mes de noviembre, los distintos efectores del enoturismo de Argentina celebraron con felicidad el Día Mundial del Enoturismo, una fecha central para pensar el valor de la actividad.

El Día Mundial del Enoturismo se creó a partir del año 2009, gracias a la iniciativa de la European Network of Wine Cities (Red Europea de Ciudades del Vino-RECEVIN). Tuvo el objetivo de potenciar el turismo del vino y promocionar las regiones vitivinícolas desde el punto de vista económico y cultural.

En la provincia de Buenos Aires, Viñas y Bodega Gamboa, en Campana, se hizo fuerte a través de una propuesta de real estate y un club exclusivo para amantes del vino y la vida al aire libre.

Se puede decir que Argentina ha crecido a pasos agigantados en el sector, considerando que distintos establecimientos bodegueros fueron reconocidos en el último tiempo, como los mejores en la escala mundial.

Además, la gestión del turismo también tuvo sus honores cuando a Mariana Juri, actual legisladora nacional por Mendoza y ex Ministra de Turismo de la provincia, la nombraron presidenta mundial de las Grandes Capitales del Vino, un organismo central del enoturismo en el planeta.

El crecimiento se puede ver en números. Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino de la Coviar, que realizó un relevamiento en 2022, los establecimientos abiertos al turismo fueron 357 en 16 provincias argentinas, entre las que se destacan Mendoza y Salta. En 2023, hasta abril, ese número ya había crecido a 375.

Mientras los vinos de Bodega El Esteco obtienen premios de nivel mundial, en Salta ofrecen una propuesta de lujo en Hotel Patios de Cafayate, una alternativa inevitable con hotelería y gastronomía internacional.

Además, aseguran que en ese total de establecimientos abiertos a turistas, se registraron 1.264.004 visitas. El mismo estudio detalló que producto de esas visitas, se vendieron 732.281 botellas de vino.

Sin embargo, el enoturismo (así como la producción de uvas y el desarrollo del vino) también se enfrenta a los desafíos que plantea la crisis macroeconómica, aunque puede resultar una solución ante la caída de la oferta y los volúmenes de venta.

Para contribuir al sector, el Gobierno nacional instrumentó un subsidio que se entregó en dos partes: en julio y el mes pasado. Fue otorgado por el Ministerio de Economía nacional y administrado por la COVIAR.

El Fondo para el Desarrollo del Enoturismo tuvo un presupuesto de 300 millones de pesos distribuidos entre 115 proyectos de desarrollo enoturístico en 14 provincias durante los meses de septiembre y octubre.

Se trata de los denominados Aportes No Reembolsables (ANR), dinero que deberá ser utilizado para los fines específicos como compra de insumos, construcción de infraestructuras y pago de sueldos.

Tiene como objetivo mejorar la infraestructura, servicios, promoción y capacitación de los operadores para mejorar así la oferta, sumando nuevos actores al sector.

Fuente: Uvas Argentinas


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