La fuerte disputa por el control del comercio entre Asia y Oceanía está en su punto más alto y puede empeorar mucho más. El gobierno de China justifica la medida para castigar el dumping de los vinos de Australia. Lejos de amilanarse ante el poder chino, las autoridades de Canberra acusan a los de Beijing de generar represalias económicas y políticas.
Pocos creían que las cosas entre China y Australia podían empeorar pero los temores de la industria vitivinícola australiana -el año pasado representaba más 1.000 millones de dólares al año- se van haciendo realidad luego del anuncio oficial por parte del gobierno chino de extender las represalias económicas contra Australia confirmando que desde el 28 de marzo comienza a aplicar enormes aranceles a los productores durante los próximos cinco años.
En una última tanda de medidas adoptadas en un contexto de tensiones diplomáticas crecientes entre Beijing y Canberra, a partir de hoy, domingo 28 de marzo de 2021, las importaciones de vinos australianos serán sometidas a nuevos aranceles compensatorios de entre 116,2% y 218,4%, según anunció el gobierno de Beijing en su política de aplicar fuertes medidas antidumping a los vinos australianos.
El dumping, del que China acusa a Australia, es una práctica que consiste en vender en el extranjero a precios inferiores a los practicados en el mercado interno tal cual sucede en el mercado argentino donde el precio de cientos de productos que se exportan a todo el mundo tienen a nivel local un precio muy menor en dólares debido al férreo control de precios de la economía argentina.

La respuesta a la medida arancelaria china no se hizo esperar y fue el ministro australiano de Comercio, Dan Tehan, quien amenazó con recurrir a la Organización Mundial de Comercio (OMC) por los nuevos aranceles injustificados que ha impuesto China a los vinos australianos.
Tehan aseguró que, con estas nuevas tasas, es “prácticamente imposible” que los vinos australianos sean competitivos en el mercado chino. “Esta medida adoptada por el gobierno chino es particularmente decepcionante y totalmente injustificada”, dijo a la prensa en Melbourne. “Vamos a examinar los pasos siguientes y esto significa llevar el caso a la Organización Mundial de Comercio”.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países pasan por el peor momento desde la represión sangrienta en 1989 de la manifestación de la Plaza de Tiananmen.
Muchos ven estas sanciones como una represalia por el bloqueo de Australia a inversiones chinas en sectores sensibles, así como el pedido público para que se realice una investigación independiente sobre el origen del coronavirus. Es así como el primer ministro australiano Scott Morrison, acusó a Beijing de utilizar los aranceles como una medida de “represalia” política.
Las exportaciones australianas de vino a China alcanzaron en 2019 los 1.300 millones de dólares australianos (900 millones de dólares), según datos del gobierno australiano, el mercado más importante para este producto.
El director ejecutivo de Australian Grape and Wine, Tony Battaglene, lejos de estar sorprendido dijo que hace días que esperaba que Beijing fijara aranceles de casi 220 por ciento para los próximos cinco años.
Battaglene dijo que la relación con el mercado más valioso para la industria del vino australiano está totalmente fuera de control y hace unos días atrás advirtió públicamente que “probablemente nos van a imponer aranceles de entre 215 a 218 por ciento”, le dijo al canal de noticias ABC.
“Honestamente, ya no importa. Cuando estás al 200% no sós viable y cuando estás al 215%, sós mucho menos menos viable. Nosotros tenemos claro que el mercado permanecerá cerrado al vino australiano” y agregó que “seguiremos rechazando las acusaciones”, dijo Battaglene.

Una vez que los aranceles se hagan efectivos, eso podría suceder mañana lunes 29 de marzo, Australia podría remitir la disputa al arbitrio de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
“Para nosotros, es China quien promueve continuamente la importancia de la Organización Mundial del Comercio, por lo que ciertamente evaluaremos con mucho cuidado la posibilidad de desafiarlos a través de esa entidad.
Desde mañana, se espera que la industria haga una recomendación al gobierno australiano sobre la prosecución de las acciones a la OMC en las próximas semanas. “Es muy probable que terminemos recurriendo a esos canales por los reclamos, nosotros vamos a seguir rechazando esas acusaciones”, dijo el representante de los bodegueros.
Hay que recordar que ya el año pasado el ex ministro de Comercio Simon Birmingham extendió un reclamo a la OMC debido a los fuertes aranceles a la cebada australiana que fueron aplicados por China.
Más allá de la situación actual, Battaglene dijo que aunque la situación ha vuelto a empeorar, los bodegueros australianos agradecen volver a tener una certeza sobre la situación para así poder enfocarse y volver a hacer planes para evaluar la nueva realidad de un mercado que valía 1.000 millones de dólares el año pasado.
“Ahora ya sabemos donde estamos, ahora es tiempo de recalcular y así poder seguir adelante con lo que sabemos hacer, producir y vender vino” dijo el muy optimista Battaglene.