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La demarcación de las regiones y subregiones de Chile podría y debería ser mucho más clara, reclama el exitoso Master of Wines inglés asociado a Wines of Chile. El experto afirma que DO más específicas, más locales, ayudaría a reflejar mejor la diversidad de la elaboración de vinos del país. ¿Y si se suman Argentina y Uruguay?

Más allá del vínculo social del Master of Wines más reconocido del planeta, es cierto que las regiones sudamericanas deberían explotar mejor la veta que ofrece al mundo la presente tendencia a la premiunización de los productos que ofrece hoy la industria de las bebidas, de los Negocios Líquidos en todo el mundo.

Este fue uno de los puntos planteados en la primera de las dos clases magistrales y degustaciones virtuales de Chile Review 2021 organizadas por el autor del informe y columnista de la revista Harpers, el inglés Tim Atkin.

El Valle de Elqui, en medio de los Andes, valles que son el sueño de cualquier vitivinicultor.

Al igual que en su informe, donde cita la “confusión” causada por “el sistema de denominación laberíntico del país” -refiriéndose a Chile-,  Atkin destacó cómo la mayoría de las DO se centran en la serie de valles fluviales de este a oeste que recorren el país, con esta extensión de viñedos aún más atravesada por las tres amplias demarcaciones introducidas más recientemente y que corren de norte a sur.

“Las DO, en su mayoría llevan el nombre de los valles de los ríos y tienden a ser bastante grandes”, dijo sin aaclarar que en Sudamérica las extensiones suelen ser mucho mayores que en su Europa natal. “Entonces, en 2012, Chile se dividió en tres partes: Andes, que no necesita explicación, Costa, que es costa, y Entre Cordilleras, que significa entre cordilleras”, y si, la verdad que hay un gran trabajo por hacer.

En parte debido a esto y a la lenta fusión de las DO más localizadas, Atkin sugirió que “es realmente una buena idea mirar a los productores y viñedos en contraposición a las regiones”, destacando la diferencia entre (por ejemplo) Elqui Andes y Elqui Costa, dos zonas que en la práctica son lo mismo pero que en un pequeño recorrido de 100 kilómetros muestra una diversidad monumental como los Andes.

LISTADO DE REGIONES Y SUBREGIONES
ATACAMA (Valle de Copiapó, Valle del Huasco)
COQUIMBO (Valle del Elqui, Valle del Limarí, Valle del Choapa)
ACONCAGUA (Valle del Aconcagua, Valle de Casablanca, Valle de San Antonio)
VALLE CENTRAL (Valle del Maipo, Valle del Rapel, Valle de Curicó, Valle del Maule)
REGIÓN DEL SUR (Valle de Itata, Valle del Bío-Bío, Valle del Malleco)
REGIÓN AUSTRAL (Valle del Cautín, Valle de Osorno)

En respuesta a una pregunta posterior de Beverley Blanning MW sobre si Chile, con sus extremos y diversidad de sitios vitivinícolas que se extienden a 3.795 km desde el desierto de Atacama hasta el verde profundo del sur, debería hacer más para definir el carácter específico de las regiones localizadas, la respuesta fue un “sí” inequívoco.

“Podría ser mucho más claro y tal vez necesitemos denominaciones locales específicas para explicarlo”, dijo el inglés, en referencia a las características y diferencias que surgen en un valle dado debido a la ubicación de este a oeste de los viñedos.

El Valle de Copiapó, en la Región de Atacama.

La enóloga Emily Faulconer de Viña Carmen estuvo de acuerdo en que seguir avanzando por esta ruta sería oportuno, sobre todo a medida que los enólogos chilenos continúan avanzando hacia nuevos territorios y refinando su comprensión de los terruños existentes más localizados. “Estoy totalmente de acuerdo y como productores estamos presionando en ese sentido”, dijo Faulconer.

“Y es algo que resulta de la necesidad. Es lo que pasó con Apalta, por ejemplo, acabó siendo tan importante que ganó una DO. Pero sí, tenemos que ser más específicos, de lo contrario, terminamos hablando de productores más que de un sitio específico”. Faulconer agregó también que esto llegaría con el tiempo, con el proceso en marcha en muchas partes de Chile.

Esto, a su vez, podría ayudar a impulsar el reconocimiento de la diversidad varietal de Chile, ayudando a disipar la idea errónea, como destaca Atkin, de que el país “solo cultiva dos o tres cosas”, como Cabernet Sauvignon, Merlot y Sauvignon Blanc.

Valla de Cautín, en la Región Austral, el frío y la bruma, distinto al frío del Norte chileno.

Al compilar su informe Chile Review 2021, Atkin dijo que estaba “sorprendido por la cantidad de variedades de uva incluidas este año”, y agregó que Chile ahora está cultivando 51 variedades tintas y 52 blancas de interés comercial y distintivo.

Los vinos ofrecidos para la degustación en las dos clases magistrales de Chile Review de esta semana también respaldaron esta afirmación, con variedades como Riesling, Semillon, Cinsault, Carmenere, Garnacha, Malbec, Petit Verdot y una mezcla de variedades mediterráneas, muy en aumento en Chile todo se muestra, con viñas viejas también gran parte de la mezcla.

La única realidad indica que si la Argentina, Chile y Uruguay trabajaran de manera coordinada, no sería extraño que en poco tiempo se conviertan en la mayor potencia mundial del vino. Claro, cambio climático mediante.


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