Se acercan las fiestas de fin de año y el problema sigue siendo el mismo para todos (activos y pasivos). Beber o No Beber. La cervecera holandesa recurrió a un equipo de expertos en conducta de Dinamarca, Krukow Behavioral Design, para engañar al cerebro a través de una técnica conocida como “nudge” (empujoncito o toquecito). El experimento se realizará en lo que queda del 2020 y en el 2021 y los primeros en hacerlo serán los neozelandeses.
Como parte de su misión global de reducir la conducción bajo los efectos del alcohol, el gigante de la cerveza en el mundo, Heineken ha recurrido a los servicios de un equipo de expertos en teoría del empuje y diseño conductual de Dinamarca para engañar y reconfigurar su cerebro para que no caiga en el error de tomar bebidas con alcohol antes o al mismo tiempo que conduce.
Sin duda una tarea ciclópea, van décadas de lucha en contra de un flagelo que se lleva vidas año tras año. Son miles de millones de inversión de gobiernos y organizaciones sociales para tratar de torcer las estadísticas y el destino de cientos de miles de personas víctimas del volante bajo los efectos del alcohol, aún así, en la mayoría de los casos, los resultados son pobres y en algunos casos casi nulos.
La novedosa propuesta por los dinamarqueses es la utilización de la teoría del empujón es (en inglés nudge), en pocas palabras, el uso de “empujones” o “intervenciones” conscientes y subconscientes para reconfigurar los instintos o hábitos. En este caso, la idea es alejar a las personas de lastimar sus sentidos con alcohol. La idea no es NO TOMAR, todo lo contrario, solo tomar dos cervezas, hacia un límite cero autoimpuesto.
Según el equipo de expertos en conducta, el 90% de la toma de decisiones humana está controlada automáticamente por los instintos y el entorno en el momento de la elección, con solo el 10% de la toma de decisiones humana controlada conscientemente por el conocimiento y la educación.

Los empujoncitos que se van a utilizar en Nueva Zelanda, están diseñados para complementar las comunicaciones de los medios de comunicación sobre la conducción bajo los efectos del alcohol, como los anuncios de la agencia nacional de transporte público Waka Kotahi NZTA. Las comunicaciones de los medios de comunicación se enfocarán en las decisiones racionales conscientes, mientras que los empujoncitos buscan llegar al 90% de las veces que tomamos decisiones que en su maría lo hacemos de manera inconsciente.
El equipo, de Krukow Behavioral Design (https://www.krukow.net/), ha trabajado con Heineken para desarrollar un estudio de la teoría del empujoncito que se extenderá desde diciembre hasta 2021. Seguirá el viaje de un conductor de bebidas de Nueva Zelanda (con suerte sin conclusiones espeluznantes) y descubrirá de qué tipo de empujoncitos e intervenciones podrían ayudar a otras personas similares a no beber y no conducir.

La fundadora de Krukow Behavioral Design, Sille Krukow, le dijo a la revista Stuff que si bien los conductores pueden tener buenas intenciones, cuando se trata de beber, a menudo les resulta difícil cumplirlas.
“Para facilitar el seguimiento de las buenas intenciones, utilizamos intervenciones (o empujones) como recordatorios en el lugar de trabajo, activación de normas sociales a través de imágenes en las entradas de los bares e indicaciones sistemáticas durante las visitas al bar. Estas intervenciones son recogidas por nuestros procesos de decisión subconscientes e influyen en la forma en que nos comportamos y pueden determinar si bebemos o no “.
Heineken agregó que estas intervenciones se encontraron a través de estudios similares en el extranjero y es posible que no se implementen en algunos países donde la marca está presente y adelantaron que “comenzaremos a ver los resultados del estudio de Nueva Zelanda a principios de 2021”.
Otros resultados de los estudios de la teoría del empujón incluyen cambiar los colores de las autopistas y rutas a rojo para reducir las muertes por accidentes de tránsito, lo que terminó reduciendo los accidentes fatales en un 50%. Por ejemplo, los conductores de la ciudad de Auckland pueden ver una versión donde los nuevos límites de velocidad de 30 km. se han complementado con una gran franja roja pintada en la ruta para indicar dónde entra en vigor el nuevo límite de velocidad.
Otro ejemplo son las personas que se encuentran con el tráfico en Melbourne, en Australia. Allí, el estudio encontró que la mayoría de las personas caminaban hacia la ruta o avenida cuando no debían hacerlo porque miraban hacia abajo, principalmente en sus teléfonos u otros dispositivos. Como resultado, el estudio recomendó mover las señales para caminar al suelo, lo que detuvo a la mayoría de las personas que caminaban hacia el tráfico. Las señales se parecen a los cuadrados pintados de amarillo que puede ver en una intersección, pero también cambian de color de rojo a verde.