El presidente ejecutivo del nuevo gigante del vino, el segundo grupo de bodegas más importantes del mundo, salió a comentar su preocupación por los aranceles, las oportunidades en EE.UU., en América Latina y en los cuatro mercados donde comercializa como local.
Vinarchy, el nuevo gigante australiano del vino, está posicionándose para aprovechar las tensiones comerciales entre Estados Unidos y sus vecinos, especialmente en Canadá y América Latina. Con la caída en la popularidad de las marcas estadounidenses, Vinarchy espera que sus productos, como Jacob’s Creek y Campo Viejo, ganen terreno en estos mercados.
La reciente fusión de Accolade Wines con las operaciones vinícolas de Pernod Ricard ha dado lugar a la creación de Vinarchy, ahora el segundo mayor productor de vino especializado en el mundo. Esta fusión, que se concretó el mes pasado, ha permitido a la empresa con sede en Adelaida, que genera ingresos anuales de U$S 1,5 millones y emplea a 1.600 personas, expandir su presencia global con 11 bodegas en Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y España.
Oportunidades en Canadá y América Latina
Ben Clarke, presidente ejecutivo de Vinarchy, comentó sobre la situación actual del mercado: “La fusión nos coloca en una posición privilegiada para enfrentar los desafíos que como industria enfrentamos”, refiriéndose a la débil demanda y las tensiones geopolíticas, que incluyen los aranceles punitivos impuestos por China al vino australiano en 2020.
En particular, Clarke destacó el mercado canadiense, donde los vinos estadounidenses han perdido popularidad debido a los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump. “No hay muchas botellas de vinos estadounidenses en las estanterías de Canadá en este momento, así que podemos aprovechar eso”, afirmó.
Actualmente, Jacob’s Creek, una de las tres principales marcas de Vinarchy junto a Hardys y Campo Viejo, ya es un vendedor fuerte en Canadá, donde el vino australiano representa el 16% de los volúmenes, cifra similar a la de Estados Unidos y Sudáfrica, según el organismo comercial Wine Australia.
Además, Clarke mencionó que las marcas de vino español de Vinarchy también atraerán a los consumidores en América Latina, donde se espera un crecimiento significativo aunque sorprendentemente no dio detalles de la operación más allá que los mercados como Brasil, Argentina, Perú y México pueden ser atractivos para la cartera de propuestas de los australianos.
Impacto de los aranceles y nuevas oportunidades
A pesar de la imposición de un arancel del 10% a los productos australianos por parte de la administración Trump, Clarke se mostró optimista, describiéndolo como “incómodo pero manejable”. Este contexto se produce en un momento en que las ventas de vino a China han comenzado a repuntar tras la eliminación de los aranceles de 2020. Según Wine Australia, el valor de las exportaciones de vino australiano aumentó un 41% a A$ 2.6 mil millones (U$S 1.670 millones) en el año hasta marzo, impulsado por la reanudación del comercio con China.
Más de A$ 1 mil millones (más de U$S 642 millones) de vino fueron enviados a China durante el año, aunque en volúmenes inferiores a los de antes de la imposición de los aranceles. Clarke también mencionó que hay oportunidades de crecimiento en China, aunque la demanda de países como Japón, Corea del Sur y Tailandia sigue siendo fuerte. Los productores australianos han comenzado a expandirse en esos mercados tras la desaceleración de la demanda china.
Estrategia de integración y expansión
El presidente de Vinarchy indicó que la nueva bodega se enfocará en integrar las empresas fusionadas, eliminando decenas de marcas más pequeñas y no rentables en el proceso. Sin embargo, también buscará expandirse a través de adquisiciones. “Vemos oportunidades reales en el vino global”, concluyó Clarke.
Con una estrategia clara y un mercado en transformación, Vinarchy se posiciona para ser un jugador clave en la industria del vino, aprovechando las circunstancias actuales para crecer en América del Norte y América Latina.