La división de bebidas de LVMH enfrenta una tormenta de denuncias por acoso sexual, discriminación de género y despidos polémicos. El caso de la exdirectiva Maria Gasparovic destapa una cultura laboral tóxica, mientras la compañía atraviesa su peor crisis financiera y prepara un recorte de más de 1.200 empleos.
Moët Hennessy, la prestigiosa división de vinos y espirituosos del conglomerado LVMH, está en el centro de una controversia que trasciende los tribunales franceses.
La demanda presentada por Maria Gasparovic, exjefa de gabinete del director global de distribución, Jean-Marc Lacave, expone acusaciones de acoso sexual, discriminación de género y despido improcedente.
Gasparovic reclama una indemnización de € 1,3 millones (aproximadamente U$S 1,52 millones) tras ser despedida en junio de 2024, apenas cuatro meses después de alertar sobre conductas indebidas de altos directivos.
“Necesitas entrenamiento anti-seducción”
Entre los detalles más impactantes de la denuncia, Gasparovic asegura que sus superiores le indicaron que debía someterse a un “entrenamiento anti-seducción” para poder aspirar a un ascenso. Según su testimonio, Lacave le comunicó que un cliente la había descrito como “gagging for it” (expresión británica de connotación sexual).
“La dignidad importa, especialmente para las mujeres en el trabajo”, subrayó Gasparovic ante el tribunal, negando todas las acusaciones de la empresa y defendiendo su rol como denunciante según los protocolos internos.
Una cultura de rumores, estrés y bullying
El caso de Gasparovic no es aislado. Al menos otras cuatro mujeres en la sede parisina de Moët Hennessy denunciaron acoso y hostigamiento antes de abandonar la compañía. Tres de ellas llevaron sus casos ante el tribunal laboral, resolviéndose posteriormente. Incluso empleados varones han presentado quejas formales.
“Moët Hennessy es el reino de los rumores”, relató una excolaboradora, quien recibió como respuesta de Recursos Humanos: “Debes acostumbrarte, cuanto más alto llegues en la organización, más te ocurrirá esto”.
La situación ha provocado una ola de bajas laborales: al menos 20 empleados tomaron licencias prolongadas en 2024, una cifra sin precedentes según ejecutivos de la propia empresa.
“Nuestro jefe gritaba a la gente como si estuviéramos en una casa de moda de los años 90, pero estamos en 2025: ese comportamiento ya no es aceptable. La gente desaparecía de un día para otro”, describió un exempleado.
Respuesta de la empresa y contrademanda
Moët Hennessy sostiene que el despido de Gasparovic se debió a conductas personales, como amenazas a colegas e incluso suplantación de identidad durante una baja médica. La compañía la ha demandado por difamación tras la difusión de sus acusaciones en redes sociales.
“No reconocemos la caracterización de nuestra cultura laboral”, replicó un portavoz, mientras que en una comunicación interna de septiembre de 2024, el entonces CEO Philippe Schaus y la jefa de RRHH, Paula Fallowfield, aseguraron: “Cada caso ha sido tratado con cuidado, equidad y en línea con nuestro compromiso con la confidencialidad y nuestros valores”.
Crisis financiera y reestructuración
El escándalo llega en el peor momento para Moët Hennessy. En 2024, la división reportó una caída del 8% en ventas, con ingresos de €6.000 millones y una reducción del 36% en el beneficio operativo, arrastrada por la baja demanda en EE.UU. y China.
El grupo anunció el recorte de 1.200 empleos, cerca del 13% de la plantilla, para enfrentar la crisis. Alexandre Arnault, hijo del CEO de LVMH, y el exdirector financiero Jean-Jacques Guiony han sido designados para liderar el salvataje de la unidad, la peor performante del conglomerado el último año.
Denuncias de envíos a Rusia y más despidos en la cúpula
Gasparovic también denunció que Moët Hennessy continuó enviando productos a Rusia a través de intermediarios estadounidenses, incluso después de que LVMH anunciara la suspensión de operaciones en ese país en marzo de 2022. Documentos internos muestran envíos por casi €26 millones (más de U$S 28 millones) en coñac y champán durante 2022 y 2023, aunque la empresa niega haber violado sanciones europeas.
Tras la exposición pública del caso, se produjo una ola de salidas en la alta dirección, incluyendo a Schaus, Lacave y la jefa global de RRHH, Chantal Gaemperle.
Un futuro incierto para el gigante del cognac
Mientras la batalla judicial continúa —el juicio por difamación está previsto para este otoño europeo—, la reputación de Moët Hennessy y su cultura corporativa están bajo la lupa internacional.
“Hay claramente un problema en Moët Hennessy”, afirmó el abogado laboralista Avi Bitton, quien representa a varios exempleados del grupo. La crisis plantea interrogantes sobre el futuro de una de las divisiones más emblemáticas del lujo francés y su capacidad para reinventarse en un mercado cada vez más exigente.