El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y otros organismos recuperan autonomía con la designación de nuevas autoridades y la reversión de cambios implementados bajo facultades extraordinarias. ¿Cómo impacta esto en el sector agroalimentario y vitivinícola argentino?
El Gobierno nacional oficializó el martes 3 de septiembre el nombramiento de nuevas autoridades para el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Semillas (INASE) tras la restitución de estos organismos resultante del rechazo parlamentario a los decretos delegados recientemente vigentes.
El regreso institucional: contexto y cifras
Durante la vigencia de la Ley Bases, los tres organismos sufrieron cambios profundos en su estructura y funcionamiento. El Decreto 462/2025, publicado el 8 de julio, transformaba al INTA en un organismo desconcentrado, orientado a una mayor coordinación administrativa y flexibilidad para la gestión de la investigación agropecuaria, pero manteniendo sus funciones esenciales de transferencia tecnológica y articulación territorial.
La iniciativa legislativa, sin embargo, encontró resistencia en la Cámara de Diputados, que resolvió en una extensa sesión revertir esos cambios mediante la Resolución 95/2025: la votación fue contundente, con 141 votos afirmativos, 65 en contra y una abstención. Así, el Gobierno debió retroceder y restituir la autonomía y la estructura original a estos institutos clave para la producción y el desarrollo nacional.
Autoridades designadas
El nuevo presidente del INTA es el ingeniero agrónomo Nicolás Bronzovich, mientras que la vicepresidencia quedó en manos del médico veterinario Carlos Alberto Antonio Vera. El objetivo principal de la gestión será fortalecer la investigación, el desarrollo tecnológico y la transferencia de conocimientos al sector agropecuario argentino, impulsando la innovación y la modernización en todas las cadenas productivas.
El INASE, encargado del control y fiscalización de la producción y comercialización de semillas, queda bajo la presidencia del ingeniero agrónomo Martín Famulari. El organismo garantizaba hasta ahora la trazabilidad genética, protección de la propiedad intelectual y certificación de variedades vegetales, tareas que habían sido delegadas a la Secretaría de Agricultura, pero que ahora retornan a su ámbito tradicional tras la restitución.
Para el INV, se restituyó al ingeniero agrónomo Carlos Raúl Tizio Mayer, quien tendrá la tarea de coordinar el seguimiento y control de la calidad, autenticidad y origen de los productos vínicos, restaurando el ejercicio pleno de sus funciones para fortalecer la competitividad y la proyección internacional del sector.
Declaraciones y proyección para el sector
Si bien los organismos no difundieron comunicados oficiales con declaraciones textuales en este ciclo de cambios, el impacto institucional es contundente: queda claro que la restitución de funciones y la designación de autoridades especializadas aporta previsibilidad y fortalece el rol de la innovación en el sector agroalimentario y vitivinícola argentino. El INTA y el INV, organismos que concentran recursos y conocimiento estratégico para la industria nacional, recuperan autonomía y capacidad de gestión en un contexto de fuerte demanda por competitividad y modernización.
Estos cambios representan un giro administrativo para el Estado y un nuevo horizonte para los actores de la agrobioindustria, la vitivinicultura y el sistema de certificación de semillas, con efectos directos en la transparencia, el control y la profesionalización de las cadenas productivas. El sector espera que estas decisiones redunden en mayor inversión, estabilidad y desarrollo tecnológico en los próximos años.