De los clásicos “buttery” a los estilos minerales y tensos, el Chardonnay vive una revolución global. La periodista y Master of Wine Jancis Robinson explora cómo productores de todo el mundo, desde Borgoña hasta Sudáfrica y Argentina, están transformando el perfil de este varietal icónico.
El Chardonnay, ese varietal que alguna vez fue sinónimo de vinos robustos y mantecosos, hoy es protagonista de una de las transformaciones más profundas en la industria vitivinícola mundial. Así lo afirma la reconocida periodista y Master of Wine Jancis Robinson en su reciente artículo para el Financial Times, donde describe cómo el Chardonnay se ha convertido en “el vino más cambiado del mundo”.
De Bridget Jones a la Nueva Ola del Chardonnay
En los años 90, el Chardonnay era la elección predilecta de personajes como Bridget Jones, representando vinos reconfortantes y de gran cuerpo. Sin embargo, Robinson advierte que “Bridget Jones no reconocería el estilo acerado y ácido que está de moda actualmente”. Hoy, la tendencia global se inclina hacia vinos más frescos, tensos y con marcada acidez, alejándose de la sobrecarga de roble y las notas mantecosas que definieron la categoría durante décadas.
Un ejemplo paradigmático es Meursault, uno de los nombres más célebres de la Borgoña blanca. Si en los 90 se lo describía como “buttery”, actualmente, según Robinson, “desafío a cualquier catador a encontrar mantecosidad en los Meursaults de los productores más admirados del pueblo, como Coche-Dury, Roulot y Arnaud Ente”. Los descriptores actuales incluyen “jugo de limón, sal e incluso la acerada de una hoja de cuchillo”.
Cambios Globales y Nuevas Regiones
Este cambio de paradigma se replica en regiones históricas y emergentes. En California, donde el Chardonnay era sinónimo de dulzor y notas a palomitas de maíz, hoy los productores más buscados están en zonas frías como Sta Rita Hills y la costa de Sonoma, donde la niebla y los vientos dificultan la maduración de la uva, resultando en vinos de alta acidez.
Oregón, tradicionalmente enfocado en Pinot Noir, está descubriendo su potencial para el Chardonnay, con vinos naturalmente frescos y frutados. En Australia, el cambio ha sido radical: de vinos verdes y excesivamente amaderados en los 90, a ejemplares actuales “tan ácidos y magros que algunos resultan austeros”, aunque los mejores logran un equilibrio entre fruta y acidez.
Nueva Zelanda y Sudáfrica también destacan por su capacidad de producir Chardonnays vibrantes y refrescantes, gracias a sus climas fríos y la influencia oceánica. Robinson resalta que “el Chardonnay de Nueva Zelanda es mucho más interesante que la mayoría de los Sauvignon Blancs”, y que Sudáfrica ofrece una excelente relación calidad-precio, con etiquetas destacadas como Graham Beck Blanc de Blancs.
Argentina: Chardonnay de Altura y Calidad Mundial
Aunque Argentina es célebre por su Malbec, Robinson subraya el potencial del Chardonnay argentino, especialmente cuando se cultiva en zonas frescas. “Hace tiempo que sostengo que el Chardonnay argentino puede ser excepcionalmente bueno”, afirma la periodista, quien ha probado ejemplares que rivalizan con los mejores de Australia Occidental. La versatilidad del Chardonnay permite que se elaboren vinos tranquilos, espumosos (como los Blanc de Blancs) e incluso dulces.
El Arte de Hacer Chardonnay
Robinson explica que, aunque la moda del roble excesivo ha quedado atrás, el Chardonnay sigue teniendo una afinidad especial con la madera. El proceso clásico implica prensar los racimos enteros, fermentar el jugo en barricas y permitir cierto contacto con oxígeno para lograr mayor complejidad y estabilidad. Actualmente, muchos productores optan por barricas más grandes o usadas, o incluso por recipientes de concreto o arcilla, para resaltar la pureza de la fruta y la mineralidad.
Precios y Recomendaciones
El artículo destaca la diversidad de precios y estilos. En una reciente cata a ciegas en el Reino Unido, los Chardonnays sudafricanos promediaron £36 (unos U$S 46), aunque algunos destacados como el Graham Beck Blanc de Blancs se encuentran por debajo de £20 (U$S 25). Entre las recomendaciones de Robinson figuran etiquetas de Francia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia y Argentina, confirmando que el Chardonnay es, además de la uva blanca más plantada del mundo, una de las más versátiles y globales.
El Chardonnay atraviesa una etapa de reinvención, impulsada por la búsqueda de frescura, precisión y expresión de terroir. Como concluye Jancis Robinson, “hay abundancia de buen Chardonnay en el mundo”, pero el desafío para los expertos es distinguir su origen en una cata a ciegas, dada la homogeneidad de estilos modernos. Para los amantes del vino, esta revolución significa una oportunidad única de redescubrir un clásico bajo una luz completamente nueva.
Artículo basado en el análisis de Jancis Robinson publicado en el Financial Times. Todos los precios han sido convertidos a dólares estadounidenses para referencia internacional.