El CEO de la compañía, Dolf van den Brink, asegura que el debate sobre el consumo moderado de alcohol necesita más matices. Mientras la OMS y los organismos de salud intensifican sus advertencias, la cervecera holandesa subraya el papel de la cerveza como conector social y anuncia un nuevo plan quinquenal de inversión.
En una industria cada vez más expuesta al escrutinio sanitario y cultural, el máximo ejecutivo de Heineken, Dolf van den Brink, reabrió un debate que combina antropología, salud y negocio: el papel social de la cerveza. El CEO de la segunda cervecera más grande del mundo afirmó que en una era marcada por la soledad y la crisis de salud mental, “la cerveza sigue siendo un lubricante social con un rol que no se debe ignorar en el debate público”.
Una defensa frente al discurso sanitario global
Van den Brink realizó estas declaraciones durante una entrevista con Financial Times, en la que abordó el endurecimiento del discurso de los organismos sanitarios contra el consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas. “Hay un debate legítimo sobre los efectos del consumo moderado de alcohol, incluida la cerveza, en la salud. Pero creemos que debe ser una discusión más equilibrada y matizada”, señaló el ejecutivo.
El comentario llega en un contexto en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y distintos gobiernos avanzan en la imposición de políticas más restrictivas al alcohol, incluso con la propuesta de etiquetas de advertencia por riesgo de cáncer en Estados Unidos. La OMS ha reiterado que “no existe una dosis segura de alcohol”, postura que las grandes cerveceras intentan contrarrestar aportando otros valores al debate, como el componente cultural, histórico y social de la bebida.
“Heineken es consciente de los riesgos del abuso de alcohol”, aclaró Van den Brink, “pero también creemos que la conversación debe incluir cómo el consumo responsable fomenta la conexión entre las personas, un factor clave en tiempos de aislamiento y soledad”.
La cerveza como parte de la identidad cultural
El directivo recordó que “la cerveza es uno de los bienes de consumo más antiguos, si no el más antiguo del mundo”, citando registros arqueológicos de su rol comunitario en Mesopotamia y Egipto. Esa herencia cultural —dijo— explica por qué “socializar está en la esencia del producto y en el corazón de nuestra comunicación desde hace décadas”.
Otras marcas también han defendido en la historia el vínculo entre bienestar y cerveza. La irlandesa Guinness sostuvo durante años su icónico lema “Guinness is good for you”, asociando la bebida con una vida plena. Hoy, tanto Heineken como Carlsberg y AB InBev buscan reinterpretar ese concepto en un marco contemporáneo dominado por el consumo moderado y el auge de las bebidas sin alcohol.
De la moderación al negocio: innovación y ajuste operativo
En paralelo con su postura pública, Heineken avanza en un nuevo plan estratégico a cinco años para impulsar las ventas globales y mejorar su eficiencia operativa, tras un período de desempeño menor al esperado. Según anunció la compañía en su presentación ante inversores en Sevilla, el 80% de sus inversiones se concentrará en marcas clave como Amstel, Desperados, Moretti, Tiger y Heineken, mientras que el 25% de sus 350 marcas quedará fuera de los planes de crecimiento.
Van den Brink advirtió también que se producirán cierres de plantas “aunque no a gran escala”, en respuesta a la caída del consumo y la presión en los márgenes que afecta a toda la industria. Las acciones de Heineken han retrocedido un 20% desde sus máximos de 2023, reflejando el enfriamiento del mercado y el cambio de hábitos de los consumidores.
Entre la tradición y la reinvención
Pese a este escenario, la empresa mantiene su posición entre las pioneras del nuevo consumo responsable. Su línea Heineken 0.0, lanzada en 2017, ya se comercializa en más de 110 mercados y la cervecera planea igualar el número de grifos de su versión sin alcohol con los de la tradicional para 2025 en Europa.
Para Van den Brink, estos avances son parte de una misma narrativa: preservar la conexión humana que la cerveza históricamente ha representado. “En una época de soledad y crisis de salud mental, es importante que la conversación sobre el alcohol también reconozca su rol en unir a las personas”, concluyó.
Con la mirada puesta en la innovación, la moderación y la salud pública, Heineken busca mantener el equilibrio entre historia y futuro: defender su herencia cervecera sin perder su lugar en un mundo que bebe distinto, pero sigue buscando brindar en compañía.