La 22ª Asamblea General de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) celebrada en Dijon, Francia, hace dos semanas ha culminado con la elección de Yvette van der Merwe como la primera presidenta africana de la organización, un hecho que representa un cambio significativo en la dirección de la OIV.
Aunque ya queda en el tiempo pasado aquella clasificación de vinos del Viejo o Nuevo Mundo, Van der Merwe, quien tiene una vasta experiencia en el sector vitivinícola sudafricano, asumirá un mandato de tres años, marcando el comienzo de una nueva etapa de la vitivinicultura a nivel global coincidiendo con el segundo siglo de la institución madre del vino en el mundo.
Yvette van der Merwe se ha destacado en su carrera por su trabajo en South African Wine Industry Information and Systems (SAWIS), donde ha gestionado importantes sistemas de información y políticas de desarrollo en la industria del vino.
Su trayectoria en la OIV incluye roles clave como presidenta de la Comisión III de Economía y Derecho, donde supervisó importantes desarrollos legislativos y comerciales.
Su elección es vista como una oportunidad para dar mayor visibilidad no solo a Sudáfrica y al continente africano en el ámbito vitivinícola global sino también a la vitivinicultura más allá de los tres grandes productores del vino del mundo, Francia, Italia y España.
Durante la asamblea, se adoptaron 13 resoluciones que abordan diversos temas cruciales para la industria del vino teniendo en cuenta como principios la sostenibilidad y la sanidad y el cuidado del medio ambiente en todos sus aspectos.
Algunas de las más destacadas incluyen:
Además de la elección presidencial, se presentó un nuevo plan estratégico para 2025-2029 que se centra en seis prioridades fundamentales, tales como la sostenibilidad, la promoción de una viticultura resistente y la simplificación del comercio internacional que estará bajo una fuerte presión debido al resurgimiento de movimientos proteccionistas en los países centrales del consumo del vino.
Estas medidas buscan enfrentar los desafíos globales del sector y fomentan la colaboración internacional en temas esenciales como la innovación y la seguridad del consumidor.
Ante este desafiante escenario, la elección de Yvette van der Merwe y las resoluciones adoptadas en la Asamblea General de la OIV representan un cambio significativo para la organización y la industria vitivinícola en su conjunto.
Con un enfoque renovado hacia la sostenibilidad y la colaboración global, la OIV se posiciona para enfrentar los desafíos del futuro y para fortalecer el consumo y la presencia del vino en el mercado internacional.
La comunidad vitivinícola estará atenta a los próximos pasos de Van der Merwe, su visión y capacidad como dirigente frente a los desafíos económicos y políticos que dominarán el planeta en los próximos años.
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