Con el mismo perfil bajo que lo convirtió en una de las figuras más particulares del negocio de bebidas en Argentina, Orlando Canido volvió a sorprender al mercado. El fundador de Manaos cerró la adquisición del 100% de Prodea —la empresa detrás de las históricas marcas Cunnington y Neuss— por US$ 74 millones, en una operación estratégica que amenaza con reconfigurar el sector de gaseosas en la Argentina donde las marcas de Coca-Cola y Pepsi dominan hacen décadas.
La compra no sólo incluye las marcas, sino también la planta de producción en Llavallol, la flota de transporte, los contratos con proveedores y los acuerdos comerciales vigentes. Según detallaron fuentes cercanas a la operación, la negociación se dio de manera directa, sin bancos de inversión ni consultoras de fusiones: “Fue una conversación privada entre Canido y los dueños de Prodea”, confirmaron desde el entorno del empresario.
Una de las primeras decisiones de los nuevos propietarios fue mantener la independencia entre Manaos y Cunnington. “No planeamos una fusión de las empresas. Por el contrario, mantendremos estructuras separadas con un management independiente y no prevemos ajustes de personal”, afirmaron a los medios desde el grupo comprador. La idea es clara: Cunnington irá por el segmento premium, mientras Manaos seguirá concentrada en el mercado económico.
Con presencia consolidada en kioscos, almacenes y autoservicios de todo el país, Cunnington es una marca con más de 100 años de historia. Fundada en 1920 por el inmigrante genovés Juan Vicente Sangiácomo, la empresa cerró en los años ’80 y fue relanzada en 1997 por Prodea. Su portafolio incluye agua tónica, gaseosas cola, lima-limón, pomelo y versiones sin azúcar. Más allá del marketing, su diferencial fue siempre el precio y la distribución capilar en comercios de cercanía, un activo que ahora será clave para Manaos.
La planta de Llavallol —ahora en manos de Refres Now, razón social de Manaos— tiene capacidad para abastecer al AMBA y gran parte del interior. Esa infraestructura permitirá a Canido reforzar su red logística y optimizar tiempos de entrega, un factor decisivo en un mercado donde “la posibilidad de entregar rápido y a buen precio define muchas veces la elección del consumidor”, explican desde la compañía.
Además, se evalúa usar la red de distribución de Cunnington para ampliar la llegada de Manaos a regiones donde su cobertura aún es débil. Así, el grupo apunta a “cubrir diferentes franjas del mercado y disputar el liderazgo en el segmento premium con una marca ya instalada”, aseguran.
La operación también confirma la continuidad de la estrategia que Canido aplicó con Manaos: producción a gran escala, promociones agresivas y precios accesibles. En palabras del propio entorno: “Con Cunnington, la idea es competir directamente contra Coca-Cola y mantener a Manaos apuntando al segmento más económico”.
Canido no improvisa. Su recorrido en el negocio de bebidas comenzó décadas atrás como distribuidor de las cervezas Bieckert y los vinos Crespi. Tuvo también vínculos con Coca-Cola y Pepsi, y fue quien estuvo detrás de la distribución de Sao, una marca de bajo precio que no logró gran éxito.
“El nombre de Manaos surgió después de que perdimos la distribución de Sao. Queríamos seguir con la onda brasileña y justo en un remate apareció la posibilidad de registrar la marca Manaos”, recuerdan desde la firma.
El caso de La Bichy Ahora también refleja su instinto comercial. “Teníamos la distribución de la gaseosa Beach, pero en los almacenes nos la pedían con el nombre de ‘la Bichy’. Cuando se terminó ese contrato, lanzamos nuestra propia marca”, explicaron.
La adquisición de Prodea marca un cambio relevante para el mercado de bebidas sin alcohol. El grupo liderado por Canido suma ahora marcas, logística y cobertura nacional, mientras refuerza su posicionamiento frente a jugadores globales que, con prácticas comerciales polémicas, desde hace tiempo le marcan la cancha en cada comercio del país. Para muchos, esta es apenas la primera gran movida en una serie de decisiones que podrían transformar el tablero competitivo.
Cunnington, con su historia y llegada, se convierte en el vehículo para disputar el trono que por décadas ha ocupado Coca-Cola. Y Manaos, sin abandonar su base de consumidores populares, se prepara para operar con mayor volumen, menores costos y mejor presencia territorial. Como resumen desde la compañía: “Queremos ocupar cada rincón del mercado donde haya una posibilidad de crecer”.
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