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La industria vinícola europea en alerta: EE.UU. podría dejar fuera al vino de un acuerdo clave

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La posible exclusión del vino europeo de un nuevo acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos genera preocupación en el sector. Con exportaciones anuales cercanas a los U$S 5.840 millones, la incertidumbre amenaza a gigantes como LVMH y a miles de pequeños productores.

La industria vinícola europea enfrenta un momento de máxima tensión ante la posibilidad de quedar fuera de las ventajas arancelarias en el inminente acuerdo comercial entre la Unión Europea y la administración del presidente estadounidense Donald Trump.

Así lo advirtió el principal lobby del sector, el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV), que representa a las principales bodegas y productores del continente.

“Estamos profundamente preocupados por la posible exclusión del vino de la lista de bienes sensibles incluidos en el paquete del acuerdo”, declaró Marzia Varvaglione (en la imagen principal), presidenta de la CEEV, en un comunicado que resonó con fuerza en los mercados.

Un mercado clave en juego: U$S 5.840 millones en exportaciones

El peso de la amenaza no es menor: Estados Unidos es el principal destino de exportación para vinos emblemáticos como el francés Bordeaux, el italiano Chianti o el español Rioja. Solo en 2024, los envíos europeos de vino al mercado estadounidense alcanzaron los 4.880 millones de euros, equivalentes a aproximadamente U$S 5.840 millones. Esta cifra representa cerca del 28% de todas las exportaciones vinícolas de la Unión Europea.

La importancia del sector trasciende a las grandes marcas. Aunque la mayoría de las bodegas europeas son pequeñas y no cotizan en bolsa, gigantes como LVMH y Pernod Ricard cuentan con activos vitivinícolas de alto valor, incluyendo las marcas de champán y vinos más valiosas del mundo.

Riesgo de aranceles y el reclamo del “zero for zero”

El acuerdo en negociación contempla concesiones para productos como aeronaves, repuestos, equipos médicos y algunas bebidas alcohólicas, con tarifas base del 10%. Sin embargo, aún no está claro si el vino será incluido entre los productos beneficiados por la rebaja arancelaria. La industria vinícola viene reclamando desde hace años un enfoque de “zero for zero”, es decir, la eliminación total de aranceles para el comercio de bebidas alcohólicas entre ambos bloques.

“Una tarifa ad valorem permanente agravaría la crisis para miles de bodegas y viticultores en toda Europa”, advirtió Varvaglione, quien instó a la Comisión Europea a mantener al vino y los productos aromatizados dentro del paquete de negociación con EE.UU..

Un vínculo económico que beneficia a ambos lados

El impacto de las exportaciones europeas de vino no se limita a Europa. Según Ignacio Sánchez Recarte, secretario general de CEEV, “por cada euro generado por las exportaciones europeas de vino a EE.UU., los sectores de distribución y hospitalidad estadounidenses ganan alrededor de cuatro veces y media más”.

Así, los U$S 5.840 millones exportados en 2024 habrían generado cerca de U$S 22.000 millones en ingresos para empresas estadounidenses vinculadas a la cadena del vino.

Incertidumbre para LVMH y Pernod Ricard

El escenario preocupa especialmente a grandes grupos como LVMH, que en 2024 consolidó su liderazgo al poseer las cuatro marcas de vino y champagne más valiosas del mundo, incluyendo Moët & Chandon, Chandon, Veuve Clicquot y Dom Pérignon, con valores de marca que superan los U$S 1.400 millones en el caso de Moët. Por su parte, Pernod Ricard también ha reforzado su presencia en el mercado estadounidense, aunque enfrenta desafíos similares ante la amenaza de nuevos aranceles.

El futuro del vino europeo, en manos de la diplomacia

Mientras la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, asegura que el bloque sigue en “diálogo constante” con la administración estadounidense para evitar nuevos aranceles y proteger los intereses europeos, el sector se mantiene en vilo ante la inminencia de un acuerdo que podría redefinir el comercio transatlántico de vinos.

La industria, que ya atraviesa desafíos estructurales y coyunturales, exige que el vino no sea la variable de ajuste en la negociación. Como concluye Varvaglione: “El vino es una relación de beneficio mutuo que debe ser protegida, no socavada”.


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Juan Romero

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