La industria de las bebidas lucha contra las preferencias de los consumidores que eligen el vidrio antes que otros materiales más ecológicos. Diageo se anima con el famoso licor pero con una partida testimonial. ¿Cómo hará la industria para convencer a los consumidores?
Mientras que los consumidores «dicen» en encuestas y estudios que les gustaría consumir productos más sanos y que vengan en envases más amigables con el medio ambiente, está probado que a la hora de elegir un producto en góndola esos mismos consumidores se vuelcan por marcas y productos que poco hacen por acercarse a productos verdaderamente sostenibles.
Ante esa paradoja del mercado, vale destacar los esfuerzos de compañías como Diageo que siguen intentando llegar al consumidor con productos y mensajes que intentan concientizar sobre un consumo más amigable con las necesidades del planeta y de los que lo habitan.
Esta vez, la compañía británica vuelve a la carga con una nueva propuesta para hacer sus envases más sostenibles desde el punto de vista medioambiental con el lanzamiento en pruebas de botellas de aluminio para una de sus marcas más reconocidas en el mundo como lo es el licor de origen irlandés Baileys.
Lamentablemente pero no por eso, lógicamente, la venta y prueba del nuevo envase la hizo solamente en tiendas del Reino Unido y de la Unión Europea, a través de la cadena de tiendas libres de impuestos Heinemann y el supermercado alemán REWE.
A partir del mes de marzo, los seguidores y consumidores de Baileys podrán adquirir las botellas de 70 cl estarán disponibles a través del programa de fidelidad de Heinemann. En los meses de abril y junio, el producto se pondrá a la venta en los aeropuertos de Ámsterdam, Fráncfort y Copenhague, y, en el mes de mayo, los alemanes de Rewe lo ofrecerán al público «sólo por tiempo limitado».
Para esta prueba, Diageo anunció a través de sus redes que pondrá a la venta «más de 30.000» botellas de aluminio. Según el comunicado, «durante este periodo, estaremos probando y aprendiendo antes de extenderlo», declaró un vocero de Diageo.
En la misma dirección, Sarah Blake, directora global de marca de Baileys, dijo que «aunque se trata de un hito importante para Baileys, sabemos que podemos hacer mucho más. Ya estamos deseando poner en marcha más iniciativas a medida que avanzamos hacia nuestros compromisos para 2030».
El gigante de las bebidas espirituosas tiene una serie de objetivos para reducir el impacto de sus operaciones en el medio ambiente. Los de Diageo pretenden aumentar el «contenido reciclado» de sus envases hasta el 60%» y reducir el peso total de sus envases en un 10%.
El propietario de la marca de gin Tanqueray también quiere asegurarse de que el 100% de los plásticos que utiliza «están diseñados para ser ampliamente reciclables, reutilizables o compostables en los países en los que operamos» para 2025.
Un tercio de la huella de carbono de alcance 3 de Diageo procede de los envases. La botella de aluminio de Baileys pesa 85 gramos, 5 veces menos que la botella convencional que pesa 454 gramos.
En enero, la empresa anunció que planea financiar a Glass Futures -una ONG de I+D con sede en el Reino Unido- para contribuir con su trabajo de expansión en América del Norte y la India.
La investigación de Glass Futures se centra en cómo reducir las emisiones de carbono procedentes de la fundición, el refinado y el envasado del vidrio.
La organización, con sede en el Reino Unido y creada en 2016, ha declarado que utilizará la financiación para establecer un equipo internacional que «amplíe su alcance» en Norteamérica y la India, según Hallam Wheatley, director de colaboración de Glass Futures.
En noviembre del año pasado, Diageo también anunció sus planes de llevar a cabo un proyecto piloto mundial con Ecospirits tras firmar un acuerdo de tres años con la empresa de envases circulares.
La destilería londinense utilizará los envases reutilizables de Ecospirits para la distribución de sus marcas Captain Morgan, Gordon’s y Smirnoff en locales de 18 mercados.
En mayo del año pasado, el propietario de la marca Guinness aportó financiación a un nuevo consorcio británico que va a construir una planta de reciclaje y fabricación de aluminio en el país.
El fabricante de bebidas había realizado una inversión no revelada para ayudar a crear el Consorcio Británico de Aluminio para Aleaciones Avanzadas (BACALL).
En los países sudamericanos se siguen preguntando porque estos proyectos tan importantes para el medio ambiente no solo se demoran tanto en llegar sino además porque ni siquiera se comunican adecuadamente.